En Brasil la pelota no dobla

Darío Epstein

Brasil se encuentra contra las cuerdas: su economía sigue desacelerándose y se erosiona el poder político del Gobierno. ¿Es posible una recesión? No lo descartamos. 

Brasil hoy es mala palabra y su índice bursátil observa trágicamente una recaída a los niveles mínimos de 2008, después de la mayor crisis financiera mundial de los últimos 50 años. Desde 2010 las empresas cotizantes en el Bovespa (medido en dólares) han perdido más de la mitad de su valor bursátil. ¿Qué está pasando?

Pero veamos por qué la que fuera la economía mimada de los inversores internacionales tan sólo cinco años atrás hoy está pasando por una situación económica-social delicada. 

Las protestas por la suba en las tarifas de transporte no son más que el detonante del descontento popular de una serie de desaciertos. Aumentó sensiblemente la disconformidad por el crecimiento del gasto público para el Mundial de Fútbol, los Juegos Olímpicos y lo ya erogado para la Copa Confederaciones.

Cuando la gente salió a las calles, el número de reclamos se multiplicó: quejas por corrupción, educación y salud, costo de vida, inflación y empleo. Es importante que el Gobierno retome la iniciativa, porque pareciera que le van ganado los acontecimientos.

Pero más allá de estos temas complejos desde el punto de vista social, la situación se agrava porque el país latinoamericano  atraviesa una peligrosa desaceleración en su tasa de crecimiento y una aceleración de la inflación, factores que han generado una caída importante en la imagen del gobierno de Dilma Rousseff. La Presidente presentó un plebiscito al Congreso para impulsar una reforma política en respuesta a la disconformidad del pueblo brasileño. Pero se teme que las manifestaciones se reaviven con la llegada del Papa Francisco en las próximas semanas.

Estimamos que si las protestas continúan, la situación económica podría deteriorarse aún más debido a los costos financieros y políticos que eso implica.

El déficit de cuenta corriente alcanzaría alrededor de 3.7 puntos porcentuales del PBI para este año, una cifra difícil de financiar si pensamos que los inversores de portafolio están saliendo de Brasil y el déficit fiscal está creciendo (Fuente: Research for Traders).

La inversión extranjera directa se estima para este año de USD 55 Bn, en tanto que para el próximo año se espera que alcance USD 60 Bn, pero estas cifras están siendo revisadas a la baja.

Las reservas internacionales se mantendrían en el nivel de USD 385 Bn, tanto para este año como para 2014, pero detendrían su suba.

Tras haber registrado una expansión del 7,5% en 2010, el crecimiento de la economía brasileña sólo fue de 2,7% en 2011 y de 0,9% el año pasado. El PBI de Brasil crecería apenas 2,7% este año (Banco Central), lejos de las estimaciones privadas de 4.0% de consenso a inicios de año. Además, se elevó la previsión para la inflación de 2013 a 6.0%. Por su lado, los bonos soberanos brasileños de largo plazo no sólo sintieron el impacto de los comentarios de la Fed acerca de los estímulos monetarios, sino que se vieron afectados por las manifestaciones de la población.

El futuro no luce mejor: de acuerdo con una encuestadora brasileña, la evaluación de la imagen positiva de la gente sobre la Presidente se redujo de 49% a 27%. Asimismo, la tasa de personas que creen que la inflación seguirá en aumento, pasó de 51% a 54%. Las personas que piensan que el desempleo crecerá subió de 36% a 44%, mientras que los que creen que el poder adquisitivo de los salarios continuará cayendo, pasó de 27% a 38%.

Los ingresos de fondos especulativos, que en las épocas buenas potencia el crecimiento y mejoran la sensación del consumidor actuando sobre las expectativas, tiene el efecto opuesto en los momentos de debilidad, potenciando la caída.

Es muy importante para Sudamérica monitorear lo que suceda en Brasil, ya que éste es el motor natural que impacta de lleno en el crecimiento de la región.

Si bien es temprano para hacer pronósticos, los próximos pasos políticos son los que definirán un rebote o más desaceleración.

 

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