Por: Darío Epstein
Un tema que tiene gran impacto en la balanza comercial y la estructura productiva de América del Sur es el valor de los productos que exporta la región. Luego de casi 10 años de precios relativos altamente favorables, hemos vuelto a valores de inicio de ciclo.
Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela están sufriendo este proceso, donde las empresas que se han endeudado en moneda dura para incrementar su capacidad productiva han encendido luces amarillas en los tableros de calificadoras de riesgo y bancos.
La última vez que el índice de evolución de materias primas del Commodity Research Bureau (CRB) estuvo tan bajo fue en el año 2002.
La suba en el medio se ha evaporado. Desapareció. Fue una fuerte aumento que había llevado en el año 2008 a un máximo desde el cual cayó en forma abrupta no sólo ese año, sino los años posteriores, hasta delinear un panorama sombrío para las empresas de este sector de la economía.
Si tomamos el CRB Index, este ha bajado casi 61% desde su pico y se encuentra a niveles similares a los del año 2003.
China y sus 1,3 mil millones de personas han mutado sus preferencias. El crecimiento del consumo no viene dado por la carne y la soja, sino por un auto y un celular de última generación. La migración del campo a la ciudad continuará, pero la base de la pirámide ahora ya consume bienes con mucho mayor valor agregado; mientras que el crecimiento de toda la economía va desacelerándose año tras año. El crecimiento chino se redujo a su mínimo en 25 años y esa es la primera explicación del final de un ciclo.
El segundo, a nuestro entender, es el avance tecnológico aplicado a la extracción de los bienes y algunas revoluciones de la oferta, como fue el shale oil o el fracking para la industria petrolera. Los costos de minería y perforación se han reducido sensiblemente.
El tercero es lo que hará la Reserva Federal de los Estados Unidos: la tan anunciada y analizada suba de la tasa de interés de referencia de los fondos federales (Fed Funds) es un hecho a la luz de la buena salud que goza la economía norteamericana. El dólar se apreció un 12% este año y ya empieza a presentar ciertos problemas para las exportadoras y para las empresas multinacionales cuya presencia en países con monedas hoy muy devaluadas oficia de estabilizador automático.
La valuación de los commodities, mayormente medida en dólares, es lo que tira los precios a la baja.
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