Estamos ante un mundo complejo que suma para nosotros y que ofrece niveles de liquidez destacables que no estamos aprovechando. Esto explica por qué Bolivia tomó un crédito largo a muy baja tasa de interés, Uruguay por su parte cerró a 30 años al 4% y Brasil al 2,7%. Si bien existe dificultad para el comercio de bienes a la vez hay flexibilidad para el financiamiento vía mercado de capitales.
Lo positivo en nuestro país es que se espera una cosecha récord para el maíz (25 millones de toneladas) con un buen desempeño de la producción de soja aunque la protesta del campo sigue planteando las distorsiones al sector.
El sector pecuario es de los más preocupantes por su deterioro relativo. Con respecto a las exportaciones de carne, Paraguay exporta más de este producto que Argentina y Brasil es el segundo exportador mundial después de Australia, cuando era importador neto en la década del 90. Lo positivo para la Argentina de 2014 en adelante es que no parece que los commodities vayan a caer de precio lo que es muy relevante para el sostenimiento del modelo económico, si es que todavía se puede hablar de modelo en nuestro país.
Siguiendo con el panorama nacional, el superávit primario de 2,3% del PIB no se concretará. El déficit global cero, por otra parte, que propone el presupuesto, tampoco se cumplirá sino que será de 3,5% del PIB. Por su parte, el gasto público crecerá en 2013 con más obra pública y transferencias que en 2012. La razón: el año electoral. Los ingresos tributarios del semestre crecen al 28%, por lo tanto están al mismo nivel respecto al PIB que en 2012.
Las reservas, por otro lado, caen sistemáticamente desde 2008 en términos de PIB. Los ratios tradicionales comerciales y financieros de reservas se han deteriorado. En parte esto es explicado por el pago de compromisos de deuda pública, al no disponer de superávit primario. El stock de reservas respecto al PIB está a niveles del 96, lejos del óptimo teórico.
La inflación sigue constante. Los aumentos salariales de 24% en promedio en dos tramos que surgen de las paritarias no ayudan. La política de congelamiento de precios incluye 500 productos seleccionados pero varios son ajenos a la canasta básica.
En cuanto a la política monetaria, su modificación ha sido coyuntural y se ha vuelto a una fuerte expansión. Hubo cierta orientación monetaria contractiva que pudo apreciarse en el movimiento reciente de los Lebacs y Nobacs.
En relación a la actividad, el uso de capacidad instalada se encuentra en 72% (textiles, metalmecánica y alimentos son los sectores de menor utilización). Uno de los rubros más golpeados en el 2012, el de la construcción, tendrá un crecimiento moderado este año. La Cámara Argentina de la Construcción estima una expansión de 5%, destacándose los préstamos para vivienda del Programa Procrear. Además, se han ampliado las transacciones posibles del CEDIN, aunque todavía faltan medidas para implementar el blanqueo. Se acelera la devaluación en nuestro país este año, en línea con lo que ocurre en Brasil. Es una economía frágil que no entra en recesión gracias a los precios de la soja. Se acumulan las distorsiones que invitan a un sinceramiento de la política económica. En definitiva, la brecha externa y el déficit fiscal moderan el crecimiento del país que converge a cero a mediano plazo. Hacia fin de mandato es poco lo que puede dar esta economía.