Reflexiones sobre los holdouts

Eduardo Fracchia

En 2005 se inicia el primer canje de deuda después del default del 2001. La deuda elegible fue de 81.800 millones de dólares, la quita (datos oficiales) del 65% y la aceptación del 76%. Ante un escenario internacional oportuno, y como había un 24% todavía de deuda en default, se decide reabrir el canje en 2010. El resultado fue que se incrementó el nivel de aceptación total al 93% dejando afuera sólo al 7% de los acreedores.

Muchos de estos acreedores que quedaron al margen de los canjes decidieron resguardarse en las vías legales. El año pasado algunos fondos tenedores de bonos en default lograron retener la fragata Libertad en el puerto de Ghana, y en el transcurso de los últimos meses tuvieron fallos favorables para que se les integre el 100% en efectivo del capital más los intereses en cesación de pagos.

En particular, el viernes 23 de agosto, los acreedores Aurelius Capital Management y NML Capital LTD fueron beneficiados por la Corte de apelaciones de Nueva York para cumplir con el pago de 1.330 millones de dólares. Acatar esta decisión implica una asimetría de condiciones entre quienes entraron a cualquiera de los dos canjes. En este sentido, la propuesta del gobierno argentino fue ofrecer las condiciones del último canje de 2010 pero no hubo recepción por parte de la justicia norteamericana.

Aunque el último fallo de la justicia fue desfavorable para el país, los tiempos no apremian ya que la corte de apelaciones mantuvo la suspensión del pago a los acreedores hasta que la Corte Suprema defina si toma el caso o no. Asimismo, gracias a que se sostuvo la medida cautelar, el fallo evitó un default técnico para la Argentina. Es que la justicia norteamericana hubiera podido embargar los pagos que hace regularmente Argentina al resto de los bonistas que entraron a los sucesivos canjes.

Ante los últimos sucesos la respuesta del gobierno argentino no se hizo esperar. La presidenta anuncio el envío al Congreso de un proyecto de ley para reabrir otra vez el canje de deuda para quienes quedaron afuera del 2005 y 2010. Adicionalmente, propuso una operación que será voluntaria, de cambio de bonos que poseen legislación de Estados Unidos por otros títulos con la misma moneda extranjera, con el mismo valor y mismo plazo, pero de jurisdicción argentina para poder eludir el posible embargo a quienes aceptaron los canjes.

La deuda reestructurada comprometida con legislación extranjera se ubica en 28.000 millones. Alrededor del 42 % están emitidos bajo la ley estadounidense y 55% de acuerdo a la ley británica. Aunque sea poco probable que la Corte de Estados Unidos trate el caso, existe una brecha de tiempo y el gobierno se está adelantando al desenlace que puede haber en la justicia norteamericana. Habría que determinar la factibilidad de sortear el embargo, y también considerar que algunos fondos de inversión no tienen permitido invertir en bonos bajo la ley de algunos países como Argentina.

Seguramente habrá dos fuerzas contrapuestas interactuando en el lanzamiento de la operación voluntaria. Por un lado estará el miedo al embargo, generando una aceptación a la emisión de deuda bajo la ley argentina, pero por otro lado estará la inestabilidad jurídica que caracterizó al país durante muchos años. Del peso de cada una dependerá parte del resultado. Con respecto al canje de deuda que se reabre por tercera vez, es importante comprender que implica un mensaje en alusión a la voluntad de pago, pero hay que ser cautelosos con las condiciones del canje debido a que no deben ser mejores que las de 2005 o 2010.

Es necesario replantearnos a futuro las condiciones que debemos establecer para no cambiar tan drásticamente las políticas. Un caso para analizar es el canje de deuda del 2005, donde se otorgó el cupón de PBI, y gracias al crecimiento económico permitió que la quita sea más cercana al 15% que al 65%. Es comprensible que debía haber un incentivo a ingresar en el canje pero en términos comparativos con otros canjes de países emergentes no fue beneficioso para el país. No es entendible el lanzamiento del cupón en el 2010. Otro caso para analizar es el lugar de legislación de la deuda, en el 2005 fue cuando se establecieron los lugares, hoy estamos proponiendo cambiarlos.

En la actualidad tenemos restricciones para comprar divisas, inflación alta, reservas en caída y PBI en leve crecimiento. Se cometieron errores, se pueden subsanar, pero lo importante es que además de defender a los que entraron al canje, defendamos a los ciudadanos que producen y viven en este país.

 

Escrita en colaboración con Nicolás Bernabé, asistente de investigación del IAE.