Por: Fabián Báez
Bajo el lema “Madre, ayúdanos a trabajar por la paz”, este fin de semana millones de jóvenes argentinos peregrinarán a pie hasta Luján uniendo los casi 70 kilómetros que hay entre los santuarios de San Cayetano en Liniers y el de la Virgen de Luján en aquella localidad bonaerense.
Si bien es cierto que el pueblo argentino peregrina a Luján desde hace más de cuatro siglos, la peregrinación juvenil a pie que habitualmente se realiza el primer fin de semana de octubre, comenzó en el año 1975 a instancias de un mítico sacerdote y teólogo del clero porteño, el padre Rafael Tello.
Sin lugar a dudas la peregrinación a pie a Luján es el acontecimiento de religiosidad popular más multitudinario de nuestro país. Ante semejante expresión de la fe popular puede surgir la pregunta del porqué o del sentido de la peregrinación. Quizás aquí podemos intentar alguna respuesta.
Peregrinamos a Luján porque queremos mostrar desde la fe, que somos pueblo y un pueblo que está en marcha. Peregrinar nos recuerda que somos un pueblo que no se quiere conformar con las cosas tal como están sino que sigue buscando y anhelando una mayor plenitud. Caminamos porque tenemos conciencia de que podemos aspirar a mucho más y por eso seguimos buscando, pidiendo y llamando a la vida y a Dios.
A causa de tantos desencuentros y desilusiones muchas veces se puede pensar que todo en la vida está amenazado de absurdo, pero nuestra gente sabe que la historia tiene un sentido y una meta a la que no se llega caminando solo sino como pueblo.
Este año el lema de la peregrinación a Luján nos invita a rezar y a trabajar por la paz. Las dos cosas son responsabilidad del pueblo creyente a la hora de construir la paz: orar y obrar.
La paz no es la ausencia de conflicto sino el fruto de la justicia; es un don que debemos pedir a Dios pero también una tarea que exige compromiso y acción. Los creyentes sabemos que trabajar por la paz implica “amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz, en la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.”
Trabajar por la paz también es cuidar la vida porque un pueblo que no lo hace comienza a ser un pueblo en decadencia. Un pueblo sin paz no tiene futuro, y no es posible la paz sin luchar por la justicia y la dignidad de todos.
En el mundo actual y también en nuestra Patria se siente el riesgo de la violencia, la injusticia, el flagelo de la droga, la exclusión, la impunidad y las luchas y divisiones, sin embargo el pueblo creyente peregrina dando una respuesta desde la fe a los problemas y desafíos que nos afectan. Al peregrinar también se van sanando las heridas.
Un pueblo peregrina cuando reconoce un origen común, y cuando sabe que tiene adónde ir. A millones de argentinos la fe nos impulsa a Luján para buscar y hallar la paz que queremos para el mundo y para nuestra Patria.
“Madre, ayúdanos a trabajar por la paz”.
Nota:
La “Imagen cabecera” de Nuestra Señora de Luján, que guiará a los peregrinos, sale el sábado 4 de octubre a las 12:00 desde Rivadavia y General Paz, para llegar el domingo 5, minutos antes de las 7:00, y participar de la misa que presidirá en la Plaza Belgrano el arzobispo Mario Poli.
Más información en: @laPereLujan y Facebook: Peregrinación Juvenil Lujan