Por: Fabián Medina
En cuanto a los temas más urticantes que posee el gobierno nacional hoy en día, el que se cree más picante lo constituyen las reservas del Banco Central de la República Argentina. En lo que se refiere a este tema en particular, debemos aclarar que se encuentran en el nivel más bajo de los últimos 8 años, y la administración Kirchner se encuentra esperando muy ansiosamente la liquidación de la exportación de la cosecha de soja que debe realizarse durante este mes de marzo por parte de los productores y así poder recaudar un valor cercano a los U$S 7.000 mil millones en concepto de las retenciones correspondientes. Esto le brindaría aire suficiente ya que recuperarían un caudal significativo para incrementar las reservas del BCRA.
Pero -como siempre, existe un pero- nadie sabe el nivel real de exportaciones que se van a dar en el mes de marzo y, en caso de hacerse realidad la estimación de que los productores sólo lleguen a exportar la cantidad necesaria de granos como para mantener los gastos de sus campos, entonces su nivel de retenciones (o también llamado “derechos de exportación”) podría llegar a ser en un nivel máximo entre U$S 1.500 y U$S 2.000 mil millones de dólares, lo que no le alcanzaría al gobierno para efectuar la cobertura de reservas necesarias para tranquilizar al mercado interno. Como sabemos, la economía como ciencia social que es se basa específicamente en los niveles de expectativa, credibilidad y confianza que cada administración genera en su ciudadanía es sólo el reflejo de esa circunstancia. Teniendo en cuenta lo demostrado por la ciudadanía desde el mes de junio/julio de 2013 a la fecha y exteriorizado en las elecciones primarias como generales del año próximo pasado, ese capital de confianza y credibilidad es lo que hoy el gobierno nacional no posee.
Debemos dejar plenamente en claro que no es el propósito de estas breves palabras promover ni generar ningún tipo de movimiento especulativo sino solamente establecer un diagnóstico y expresar algunas alternativas que probablemente ocurran en un momento muy próximo de nuestro país. Por todo esto cabe señalar que también debemos entender que el problema que afecta a los productores en sí no es el valor que posee la conversión de la moneda extranjera pertinente –en este caso el dólar estadounidense, mayoritariamente- con la moneda nacional, sino que la problemática que enfrentan es el nivel de los derechos de exportación –retenciones- del 35% de la misma y la no utilización por parte de los contribuyentes siquiera de una porción de ellos a cuenta de algún otro tributo recaudado por la Administración Federal de Ingresos Públicos. Sin olvidarnos, claro está, el detrimento que esta situación genera en su estado financiero particular y de la asimetría que poseen las firmas jurídicas constituidas en forma regular o las personas físicas con referencia a los “pooles” de siembre y fideicomisos agrícola-financieros.