Por: Fabián Medina
Desde la proclamación del nuevo Gobierno electo han surgido muchos proyectos de trabajo en el orden económico. Aunque digamos que el de mayor importancia no es el presentado por el futuro ministro de Hacienda y Finanzas, sino el del próximo ministro del Interior de la administración Macri, Rogelio Frigerio (n).
El anteriormente mencionado proyecto no es ni más ni menos que la impresión de billetes de 200, 500 y 1.000 pesos a los efectos de facilitar las transacciones comerciales, aunque indefectiblemente esto traerá aparejado un nivel de inflación superior al habitual durante los meses de enero y febrero.
En cuanto a lo positivo, es de utilidad para facilitar las transacciones comerciales, si se sacaran del circuito comercial algunas de las tres series de billetes de 100 pesos que hoy coexisten (Roca, Evita y Madres de Plaza de Mayo), de las que se mandaron a fabricar 80 millones adicionales de la misma denominación en las sedes de Retiro (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), ex Ciccone Calcográfica (Buenos Aires), Casa de la Moneda de Chile y de Brasil, a los efectos de saldar los sueldos y los aguinaldos del mes de diciembre de 2015.
En cuanto a lo negativo, al no retirarse de la calle alguna de las series nombradas de esa fabricación, se provocaría un mayor nivel de precios al consumidor, o sea, inflación.
Por otra parte, sería conveniente que se aclarara que existe la decisión política en este momento para emitir definitivamente los billetes de esas denominaciones, puesto que las placas para fabricar billetes de 200 y 500 pesos yacen en la bóveda del Banco Central de la República Argentina (BCRA) desde el año 2009, momento en que se encontraba en la Presidencia de la entidad cambiaria Martín Redrado. Sólo se esperaba la orden del Poder Ejecutivo Nacional, que nunca llegó, ni en esa ni en gestiones posteriores.
Por ello, sería muy oportuno aclarar que no todo lo que brilla es oro en la economía, ni existe nada nuevo bajo el sol en esta materia, sino que todo hay que saberlo interpretar en el momento adecuado, pero siempre dentro de un plan económico integral.