Por: Fernando Rosso
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) cierra el extenso año electoral con una renovación y una consolidación política en un momento bisagra de la vida política nacional, cuando todos los indicadores de la economía marcan que se vienen tiempos de ajuste y mayor conflictividad de clases.
Los sorpresivos resultados de las elecciones del 25 de octubre dictaminaron una polarización sui generis de las fuerzas tradicionales: Daniel Scioli (Frente para la Victoria) y Mauricio Macri (Cambiemos) rondaron el 35% de los votos, mientras que Sergio Massa (Frente Renovador) superó apenas el 20 por ciento. En las últimas semanas, estos candidatos intensificaron distintas variantes de llamados al voto útil basado en el peculiar sistema electoral argentino que impulsaba al Frente para la Victoria (FPV) o a Cambiemos a garantizar o evitar el ballotage. Esto se combinó con una fuerte disputa polarizada en la neurálgica provincia de Buenos Aires entre María Eugenia Vidal y Aníbal Fernández.
En ese marco, los resultados del FIT, tanto en la fórmula presidencial que conformaron Nicolás del Caño y Myriam Bregman (ambos del Parido de los Trabajadores Socialistas) como en el tramo de diputados nacionales y legisladores provinciales en aquellos distritos donde se elegían, representaron una muy buena elección y ratificaron la consolidación nacional de la coalición trotskista.
Cuando todavía falta contar un porcentaje de las mesas, los números del escrutinio provisorio indican que la fórmula presidencial que encabezó el joven debutante del PTS en el FIT va a superar los ochocientos mil sufragios. Un crecimiento leve en relación con lo obtenido en las PASO de agosto y a la vez un incremento significativo con respecto a la última elección presidencial de octubre de 2011, cuando el FIT logró 503 mil votos con la candidatura de Jorge Altamira.
El FIT se ubicó en el cuarto lugar, superó a Progresistas, de Margarita Stolbizer, y estos resultados suponen la mejor elección hecha por una coalición de extrema izquierda desde 1983 en una contienda presidencial, como lo destacaron varios medios nacionales.
La suma de los votos obtenidos por las diferentes listas de diputados nacionales por provincia (así como la del Parlasur) muestra que el FIT se acerca al millón de sufragios conquistados en todo el país.
Consagró un nuevo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Una banca rotativa que ocupará desde diciembre Néstor Pitrola (Partido Obrero) por 18 meses y en la que luego rotarán compañeros del PTS (21 meses) e Izquierda Socialista (9 meses), un reparto proporcional basado en los resultados de las PASO. De esta manera, el FIT tendrá un interbloque de cuatro diputados en la Cámara Baja (dos por Buenos Aires, uno por Mendoza y uno por Salta).
La fórmula Del Caño-Bregman tuvo resultados importantes en los principales centros urbanos del país. También en los cargos legislativos, destacándose Mendoza, Jujuy, Salta, Córdoba, Santa Fe, Neuquén, CABA y la provincia de Buenos Aires.
En Mendoza, distrito del que es oriundo y por el que fue elegido Del Caño como diputado nacional en 2013, la fórmula presidencial alcanzó casi el 8% de los votos y la candidata a diputada nacional Noelia Barbeito hizo una gran elección (123 mil votos, alrededor del 12 por ciento). Superó por más de treinta mil lo obtenido en las PASO y alcanzó el 14% promedio en la concentración urbana del Gran Mendoza. No consiguió por poco ser electa diputada, pero ratificó al FIT como una de las fuerzas con peso en la provincia.
Jujuy es otro distrito a destacar para el FIT en la elección provincial. El candidato a legislador Alejandro Vilca (PTS) obtuvo, según el escrutinio provisorio, el 7,27% de los votos, pero una cláusula altamente proscriptiva, que exige el piso del 5% del padrón (8% de los votos efectivos) para entrar en el reparto de bancas, impidió su ingreso a la Legislatura local. Si rigiera la norma establecida a nivel nacional (así como en muchas provincias) que exige el 3% del padrón, el FIT se alzaría no con uno, sino con dos legisladores provinciales. Igualmente se peleará en el escrutinio final la posibilidad del ingreso, ya que quedó muy cerca.
Estos resultados nacionales y locales cobran un mayor valor político en el contexto de polarización actual. A pesar de las campañas de voto útil, Del Caño retuvo los apoyos que conquistó el Frente de Izquierda en las PASO y aumentó su caudal. Recordemos que la lista que encabezó Del Caño en las PASO y con la que compitió contra Altamira había conseguido 375 mil votos en agosto (1,67%) y, por lo tanto, el desafío adicional era fidelizar todo el voto del FIT. Objetivo que logró y superó.
Estos resultados se dan cuando el frente cuenta con diputados locales en varias provincias a lo largo del país (CABA, Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Salta y Neuquén), además de los cuatro legisladores nacionales mencionados que tendrá a partir del 10 de diciembre.
Frente a la segunda vuelta y consecuentemente con lo que afirmó durante todo la campaña, Del Caño convocó a quienes depositaron su voto y su confianza en los candidatos del Frente de Izquierda a que en el próximo ballotage voten en blanco, para rechazar tanto a Daniel Scioli como a Mauricio Macri. El candidato afirmó: “Nosotros claramente consideramos que estos candidatos son dos variantes de ajuste, lo han dicho a través de sus propios asesores económicos hablando de ajuste durante la campaña, con una agenda conservadora de mano dura. Desde la izquierda consecuentemente vamos a rechazarlos llamando a votar en blanco”.