Por: Fernando Santillán
Como en la canción de los Beatles, el camino hacia un mundo de libertad y justicia es largo y sinuoso. Hoy es 10 de diciembre y en el camino al trabajo me entero de que en Cuba fue detenido mi compañero Pedro Robledo. Pedro fue a la isla a participar de un congreso de Derechos Humanos y terminó detenido en un país que no respeta el debido proceso. Un país que nos enseñó, como dice Claudia Hilb en un libro reciente, “que una sociedad radicalmente igualitaria sólo podía imponerse bajo la forma de un régimen totalitario.”
Hoy es 10 de diciembre y leo en el diario que en Sudáfrica entierran a Nelson Mandela, quien luchó durante años por los derechos de millones de sus compatriotas, desprovistos de derechos por el color de su piel. Mandela ejemplifica como pocos líderes en la historia la lucha por los derechos, y para él también el camino fue largo y sinuoso; podría haber cantado, como los Beatles, “Muchas veces he estado solo/y muchas veces he llorado/como sea nunca sabrás de cuántas formas he intentado”.
Hoy es 10 de diciembre y escucho por la radio que en ese mismo entierro se saludaron Barack Obama y Raúl Castro en una foto que recorre el mundo. Se dieron la mano el “líder del mundo libre”, como les gusta a los estadounidenses llamar a sus presidentes, y el mandatario cubano. Me imagino a los cubanos en Miami enfurecidos por el saludo y quiero imaginar también que puede ser el comienzo del cambio, para que cientos de miles de cubanos puedan vivir en libertad y justicia.
Hoy es 10 de diciembre y leo en los diarios online que al menos ocho personas murieron en los últimos días por saqueos en distintos lugares del país. Sabemos que muchas personas vieron sus derechos atropellados cuando fueron saqueados sus comercios, que muchos vecinos se asustaron y se armaron. Sabemos que muchas de esas personas que saquearon también tienen necesidades insatisfechas, que viven sumidos en la pobreza, en la falta de horizontes, en la imposibilidad de imaginar un mundo mejor, que sus derechos también son vulnerados todos los días.
Hoy es 10 de diciembre, cumplimos 30 años de democracia y veo por todos lados las deficiencias de nuestra democracia, que no logra oportunidades de desarrollo para todos, que no consigue el pleno ejercicio de derechos. Después de 10 años durante los que nos decían que estábamos en el primer mundo terminamos en 2001 y después de la década ganada volvemos a los saqueos. Pero no queremos pensar que es el camino de la decadencia y nos resistimos a pensar que estamos condenados a repetir una y otra vez esta historia en un círculo sin fin. Es para evitar círculos viciosos de este tipo que la humanidad inventó la República moderna: para que todos tuvieran derechos y que todos estuvieran representados y buscar así un procesamiento pacífico del conflicto y encontrar respuestas consensuadas y estables.
Hoy es 10 de diciembre y a pesar de todas esas deficiencias, de las que somos conscientes y no complacientes, reafirmamos nuestro compromiso con la democracia y las instituciones republicanas. “El largo y sinuoso camino/que lleva a tu puerta/nunca desaparecerá”, dice la canción. A pesar de las dificultades, no debemos perder de vista el horizonte de una sociedad libre y justa con igualdad de oportunidades para todos. Como en la canción de los Beatles, el camino hacia un mundo de libertad y justicia es largo y sinuoso. No sabemos mucho de ese camino, más que es imposible seguirlo por fuera de la democracia y de las instituciones republicanas.