Por: Francisco Quintana
Ser jóvenes hoy nos abre posibilidades que nunca antes habíamos tenido. Si bien desde el último medio siglo ser joven está de moda, es recién en este tiempo que les llega la oportunidad de exigir y participar desde adentro de nuestro sistema político. La juventud no es rebeldía vacía que patalea para tirar todo por la borda, es una fuerza que reclama y está en un proceso de formación constante para pedir a los políticos y a la sociedad que los escuchen y les den respuesta a sus necesidades. Es una juventud distinta a las anteriores; más informada, con mayores recursos sociales y tal vez con un rasgo particular para la Argentina: es la primera que nació y creció en democracia, que entiende el sentido de la participación como una oportunidad y al país como un terreno para desarrollar sus potencialidades.
Días atrás se hicieron presentes en las urnas, de manera masiva. Pero no sólo es ahí donde hay que escucharlos, no es ésa la única herramienta de participación y ellos ya lo saben. Entienden, en definitiva, que la democracia debe ejercerse todos los días. Ellos conviven con los problemas que los afectan como la discriminación, la exclusión social, los niveles cada vez más elevados de violencia y la deserción escolar.
Además, en el ámbito laboral es uno de los grupos con mayores dificultades para conseguir su primer empleo en condiciones dignas. Lo saben y lo reclaman. Y la respuesta estatal es muy disímil según el distrito: mientras que algunos representantes sólo declaman públicamente darles derechos y otros trabajan para ello en una agenda generacional.
Un caso interesante es la Ciudad de Buenos Aires, que creó y puso en práctica cada dos años la Encuesta de la Juventud para conocer sus inquietudes y demandas para luego desarrollar políticas como respuesta a esas necesidades reales. Ejemplos como la línea de Primera Casa BA del Banco Ciudad para el acceso a la vivienda y la Red de Empleo Joven, que busca mayor inserción laboral en el segmento, sumado a las capacitaciones que se hacen para nuevos emprendedores, son indicativos de que se puede generar acciones estatales efectivas cuando se los escucha. Es un ejemplo que no ocurre en otros distritos y que los ubica a los jóvenes porteños en mejor situación que a sus pares de otras jurisdicciones.
Hoy nos encontramos en una coyuntura interesante para pensar el lugar que tienen los jóvenes y que les ofrecemos. Les pedimos que nos acompañen pero debe ser la política la que los acompañe a ellos en la realización de su vocación. Hoy tenemos que garantizarles herramientas para desarrollarse, porque son el futuro de todos, de la Argentina. Celebramos este día con ellos, con saber que participan, se comprometen y también para que sepan, que estamos juntos para potenciarnos mutuamente y trabajar en un futuro mejor.