Por: Gastón Recondo
Catarina Migliorini cobrará 780 mil dólares por tener su primera relación sexual con un señor dispuesto a pagar ese obsceno monto de dinero. Nacida en Brasil hace 20 años, la joven entendió tempranamente en qué nivel de decadencia está la raza humana. Se molesta porque la tratan de prostituta, convencida de que no lo es. Ofrece su virginidad a un hombre que no conoce ni le interesa conocer. Esta persona oriunda de Japón de quien poco se sabe entró en el juego propuesto por la brasileña y ambos se verán satisfechos durante un vuelo entre Australia y los Estados Unidos. Sí, leyeron bien, arriba de un avión y con cámaras encendidas. La excusa de que la televisión se ha transformado en un show sirve para justificar muchos atropellos a la dignidad, aunque no en este caso. La enfermedad se ha propagado entre los actores de este reality y todos los televidentes que se muestran ansiosos por conocer cada detalle del cuento. Un espanto.
No creo que haya nadie que no se equivoque nunca. No existe persona alguna que haga todo bien en la vida. Ninguno de nosotros debiera ser juez de cualquiera que resuelva hacer de su vida lo que se le antoje. En definitiva, el trueque es consensuado en este caso. En cambio, siento que no se le da el tratamiento adecuado al análisis de los valores expuestos y depuestos en esta oportunidad. Las niñas y adolescentes que aún no han intimado con ningún hombre deberían saber que no hay dos primeras veces en nada, que tener relaciones no es un deporte de moda, que la vida se construye pensando en el presente y también en el futuro, que no somos solamente intérpretes de reparto de las novelas que escriben los demás.
Por otro lado está el asiático, a quien seguramente el dinero le alcanza para estos caprichos y está en todo su derecho de gastarlo como quiere. El problema radica en la perversión que motiva a un hombre a ser el primero en la vida sexual de una mujer a la que ni conoce.
Sé discriminar perfectamente el amor del sexo carnal, no soy ignorante ni necio. Si afirmara que en el mundo de hoy es fácil tener relaciones sólo cuando hay amor de por medio estaría mintiendo. De hecho, no conozco a nadie inmaculado en este sentido. No obstante, sé perfectamente qué está bien y qué no, más allá de no siempre hacer lo que considero correcto. Lo que nunca voy a aprobar es esta nueva moda de que “todo es lo mismo, todo da igual”. Cuando aparecen este tipo de noticias es cuando me animo a pensar que los mayas tenían razón y que el final está cerca.