Irán: bomba en 3 meses

Jacques Benillouche
Teherán dispondrá pronto de suficiente uranio enriquecido para fabricar un arma atómica. Según informaciones confirmadas por los servicios israelíes, Irán ha constituido un stock de 23 kilogramos de uranio enriquecido a cerca de 20% y estará en condiciones de tener 28 kilogramos más de aquí a febrero de 2011, obteniendo así la cantidad necesaria para la fabricación de una bomba nuclear. Esta información fue confirmada por el jefe de la Agencia Iraní de energía Atómica, Ali Akbar Salehi [flamante nuevo ministro de Relaciones Exteriores en reemplazo del renunciante Manouchehr Mottaki], que precisó que ese lote provenía de la mina de Gachin, al sur del país. Los dirigentes de la República Islámica se congratulan por el resultado obtenido a pesar de la detención de la usina de enriquecimiento de Natanz en noviembre por la infección con el virus Stuxnet y del asesinato del profesor Fereydoun Abbassi, uno de los especialistas iraníes en separación de isótopos. Lograron llevar sus operaciones a término y quisieron que se supiese. Una información especialmente destinada a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y a Alemania, los seis Grandes que llevan las negociaciones con Teherán sobre su programa nuclear. La última ronda de dos días terminó, previsiblemente, el 7 de diciembre en Ginebra sin ningún resultado tangible. Las conversaciones se reanudarán a fines de enero en Estambul y no desembocarán en nada puesto que la única cosa que Teherán trata y logra hacer es ganar tiempo para volver irreversible su programa. Lo que tal vez ya sea el caso.   La elección del plutonio   En estas condiciones, el gobierno israelí se enfrenta hoy a decisiones cada vez más difíciles frente a lo que considera como una amenaza a la existencia misma del Estado hebreo. Y choca a la vez con la administración Obama, frustrada por la ausencia de todo progreso en las negociaciones israelí-palestinas y que parece incapaz de optar por una estrategia frente a la Republica Islámica y sostenerla. El primer ministro israelí ha asumido reiteradamente el compromiso de oponerse a la nuclearización de Irán. Es esperado a pie firme por su ala nacionalista que le reprocha debilidad hacia la administración norteamericana y demasiada pérdida de tiempo. Benjamin Netanyahu no ha cesado de explicar a los estadounidenses que las sanciones no tienen ningún efecto y que han impulsado a los iraníes a concentrar todos sus medios y fuerzas en el programa nuclear. Las informaciones confirmadas por los expertos israelíes muestran que Irán ya no tendría hoy necesidad de enviar las barras de combustible nuclear a Rusia para su tratamiento, como estaba estipulado en los acuerdos. Los iraníes también habrían optado por abandonar temporalmente la veta uranio por la del plutonio. El principio está más a su alcance. La combustión de las barras de uranio en un reactor nuclear produce plutonio y productos de fisión altamente radioactivos. Un proceso químico complejo permite luego separar el plutonio de los productos de fisión y el uranio no utilizado. Si se sabe fabricar barras de combustible y, luego, separar de ellas el plutonio una vez que se han consumido, se puede entonces aprovechar ese conocimiento para producir las materias fisibles necesarias a la fabricación de armas nucleares. Irán habría logrado producir su propio "yellowcake" que es un polvo rústico de concentrado de uranio. Tratado con un método químico, puede ser purificado bajo forma de barras de combustible capaces de alimentar el corazón de los reactores nucleares y producir plutonio, una alternativa al uranio enriquecido. Estas informaciones no parecen inquietar mayormente al presidente estadounidense. Barack Obama se muestra incluso dispuesto a flexibilizar nuevamente su posición aún cuando las negociaciones entre los seis grandes e Irán no están dando ningún resultado. Obama dio una prenda de buena voluntad a Teherán al ordenar al portaviones USS Harry S. Truman y sus 70 aviones de combate volver a la base naval estadounidense de Souda Harbor, en la isla de Creta, para dejar solamente el portaviones Abraham Lincoln en el sitio. Los israelíes no entienden que luego de haber sacado pecho hace unas semanas, enviando a su armada a las costas de Irán, modifique de pronto la estrategia. La decisión de Obama de cambiar de enfoque se ve confirmada por el hecho de que el secretario de Estado de Defensa, Robert Gates, fue enviado a Omán el 5 de diciembre para las discusiones con el Sultán Qaboos bin Said que mantiene buenas relaciones con Irán y que presiona ante los estadounidenses por una solución diplomática frente al programa nuclear de ese país. Esta visita tiene por objetivo convencer a sus interlocutores de que los Estados Unidos han evolucionado respecto a la opción militar que habría sido definitivamente descartada. Durante su visita a las tropas estadounidenses, Gates precisó por otra parte que los problemas de Irak y de Afganistán son los dos únicos puntos calientes que requieren la atención de los estadounidenses.   Nuevas cabezas en Israel   Algunos israelíes quieren interpretar este descompromiso como una luz verde que les es dada para actuar según sus intereses o, por el contrario, como el signo de que los Estados Unidos no avalarán el eventual activismo de Israel. Al mismo tiempo, Benjamin Netanyahu arbitra los medios para lanzar a su país a un duro conflicto. Casualidad del calendario, tuvo la oportunidad de dar un toque personal a las grandes instituciones de seguridad del país. Al llegar al poder, heredó las designaciones de sus predecesores. Ahora, decidió no prolongarles el mandato. Cambiando cabezas, piensa tener libertad de acción. El nuevo jefe de Estado Mayor, Yohav Galant, catalogado como "duro", asumirá sus funciones a comienzos de 2011. Meïr Dagan, el hombre que los egipcios han bautizado "Superman del Estado judío", nombrado al frente del Mossad por Ariel Sharon, también será reemplazado. Su sucesor, Tamir Pardo, es un amigo personal de Benjamin Netanyahu. Es también un hombre de acción puesto que forma parte de los comandos especiales del Estado Mayor (Sayeret Matkal) bajo las órdenes del coronel Yoni Netanyahou, hermano del primer ministro caído durante la operación de rescate en Entebbe. El joven general de 46 años, Aviv Kochavi, acaba de tomar la posta al frente del servicio secreto militar, más conocido como "Aman". La última nominación concierne al presidente de la prestigiosa comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del parlamento israelí. Shaoul Mofaz, número 2 del partido de oposición Kadima, ex jefe de Estado Mayor y ex ministro de Defensa, acaba de obtener ese puesto. Pese a su pertenencia al partido centrista, está etiquetado como "halcón" por los observadores políticos israelíes. Esta nueva guardia cercana, que personifica ante la opinión pública la determinación, tendrá dos objetivos contradictorios. Podría tener que encargarse de hacer pasar, ante la ciudadanía, el shock de negociaciones de paz acompañadas de concesiones dolorosas. Y podría también constituir la espina dorsal de un equipo designado para arreglar el problema iraní por la fuerza con o sin el aval de los Estados Unidos. Ya no es más cuestión hoy para Israel de ver a los estadounidenses vetar una operación israelí contra instalaciones nucleares iraníes como hasta hace algunos meses. El tiempo corre.   (Traducción de Infobae América)