Por: Jorge Ceballos
Hace tiempo que las noticias cotidianas de asesinatos de mujeres como consecuencia de la violencia machista me vienen cargando de impotencia. Participo activamente en la defensa de sus derechos. Formulé algunas propuestas concretas, como la aplicación para celulares “Qué hacer Buenos Aires. No a la violencia de género”, que brinda información para prevenir y denunciar la violencia de género.
Pero cuando veo que la Justicia no hace lo suficiente para protegerlas, cuando interviene la Policía y revictimiza a la mujer que denuncia la violencia, cuando las leyes no la protegen, cuando no se cumplen las buenas leyes, siento que vamos para atrás.
Por eso, creo que hay que hacer algo más de lo que venimos haciendo; algo que se haga sentir en toda la sociedad, algo que la conmueva, que la saque de la inercia en la que nos sumergimos, quizás agobiados por los problemas cotidianos.
La muerte de las dos jóvenes mendocinas es desgarradora porque, además de esas muertes en sí —terribles—, como se observa, va creciendo el femicidio de adolescentes.
Quizás no sea yo la persona adecuada para proponerlo, pero siento que debo hacerlo: creo que las mujeres, mediante sus organizaciones, tienen que convocar a un paro nacional de actividades, no sé con qué modalidad: de una hora o jornada completa, pero hacerlo para movilizar aún más a la sociedad.
No será contra un gobierno ni contra un empleador, será contra la violencia machista, esa que todos los días nos lastima.