Razones para el antichilenismo argentino

Jorge Heili

Un informe de la Dirección Económica de Chile confirma que la Argentina ya no es el principal destino de las inversiones externas que el país realiza. Los capitales chilenos hoy eligen Brasil.

Es una mala noticia para Argentina, a pesar de que seguramente en esta nota algunos comentaristas serán peyorativos hacia Chile, dirán que tiene una pésima distribución de la riqueza y hasta atacará al país trasandino con la disparatada inequidad de su política educativa a la que nos aferramos los argentinos. El último informa PISA, sin embargo, muestra a las claras que Chile es el país con mayor equidad educativa el que mejor prepara a sus niños en matemática, ciencias y comprensión de texto.

El informe sobre inversiones de la Dirección Económica de Chile permite deducir que Argentina posiblemente perderá el segundo lugar actual en las preferencias del capital chileno a manos de Colombia. El reporte asegura que mientras Argentina recibió u$s 16.764 millones en los últimos años desde Chile, Colombia recibió u$s 16.562 millones.

Esto es consecuencia de una política antiinversiones que Argentina impulsó y que ahora, con cierta desesperación, intenta revertir ante el gran fracaso de la anhelada pesificación compulsiva y del vivir con lo nuestro.

También es consecuencia de impedir el envío de remesas de dólares de las subsidiarias a las casas centrales como consecuencia del cepo cambiario. El poderoso ex secretario de Comercio argentino, Guillermo Moreno, fue autor de una medida que impedía enviar parte de las ganancias de las empresas extranjeras a sus países de origen. Esta medida vigente es respaldada por algunos sectores que dicen que si se gana dinero en el país hay que mantenerlo en el país, un planteo antediluviano en un mundo hiperconectado y globalizado.

Las políticas económicas de uno y otro país se reflejan en datos muy evidentes, como en el reciente informe sobre el Índice de Libertad Económica que elaboró el Fraser Institute, de Canadá, que de 152 países analizados ubicó a Chile en el puesto número 11, mientras que Argentina se queda en el 137 como consecuencia de las “expropiaciones sin indemnización, los ataques del Poder Ejecutivo a la Justicia y las excesivas regulaciones”.

Algunos comentarios sostendrán que estos informes son irrelevantes, que cuanto más negativos son, significa que Argentina más va en la senda correcta. Para contrarrestar esa interpretación ideológica, pongamos la contundencia de los números.

En el primer semestre de 2013, Argentina recibió inversión externa directa por u$s5.165 millones, un retroceso de 32% si se compara con el mismo periodo de 2012.

En Chile, en el mismo periodo los inversores extranjeros ingresaron u$s10.446 millones, más del doble que Argentina, a pesar de que se registró una baja de 26% respecto del año anterior (ver gráfico de CEPAL).

En Argentina, el cepo cambiario ha mermado la sangría de dólares que se iban, por eso los argentinos no pueden ahorrar en dólares, o tienen un límite de extracción de u$s50 mensuales desde un cajero automático en Santiago de Chile. Estas medidas también han impedido que empresas argentinas puedan invertir en el exterior.

En el 2012, la inversión de empresas argentinas en otros países fue de u$s1.052 millones, frente a los u$s21.090 millones que las empresas chilenas invirtieron en otros mercados, entre ellos el argentino (ver gráfico de CEPAL).

¿Y cómo estamos en ingreso per cápita?

El ingreso per cápita de Chile estimado para el 2013 es de u$s19.474, por paridad de poder adquisitivo, frente a los u$s18.709 esperados para Argentina, aunque debemos aclarar que mientras en Chile existe un único mercado de cambios libre, en Argentina el valor de $6,25 por dólar sólo existe para el gobierno, ya que el mercado libre el precio del dólar está en $9,55. Desde Argentina, el “antichilenismo” sostiene ante estos datos que los índices del coeficiente de Gini convierten a Chile en uno de los países más desiguales del mundo.

Lamentablemente para nosotros, los argentinos tampoco podemos sostener demasiado este argumento, ya que la misma CEPAL ubica a Chile en el puesto número 8 de 17 países latinoamericanos, y tiene por delante a naciones como Brasil, Paraguay, Colombia y Panamá con índices de Gini más altos, es decir, con peor distribución del ingreso.

Argentina es un país rico, pero a lo largo de décadas se ha empobrecido. Chile es un país con menos recursos, pero en dos décadas se ha enriquecido. En el mundo actual, los países que más admiración despiertan son aquellos que crean valor, y que permiten evolucionar hacia una calidad de vida cada vez más desarrollada, un camino que Chile ha decidido abordar y que en casi todos los índices y datos estadísticos refleja que está por encima de todos en la región.