Por: Leonardo Pizani
Siete demandas en catorce años. Multas millonarias y ahora prohibición de salida del país y orden de presentación semanal ante los tribunales penales para un articulista, el Director y la Junta Directiva del periódico.
Amenazas de 4 años de cárcel, más multas millonarias y ahora, la arremetida final: la empresa dueña de la rotativa donde se imprimía Tal Cual -recientemente adquirida por un grupo “boliburgues”- informa que, por razones técnicas -claro está- no podrá continuar imprimiendo el diario que, como consecuencia, se ve obligado a reducir el número de sus páginas de 24 a 16. Aún así Tal Cual sólo cuenta con papel para quince días más y el acosador es el único proveedor.
El enemigo
¿Se inscribe este furibundo ataque contra Tal Cual en el marco de los enfrentamientos que se están dando entre gobiernos y medios vinculados a cambios en las leyes y en los marcos regulatorios? Sin duda se inscribe en el contexto de la contradicción de siempre que se expresa entre el afán de control por parte de los monopolios (sean privados o del Estado) y la libertad de prensa.
El Instituto Prensa y Sociedad contabilizó el cierre de 10 medios impresos, 6 definitivos y 4 temporales, por falta de papel. Evidentemente, hay diarios con una línea editorial opositora que también sufren la falta de papel y las presiones del gobierno y de sus grupos paramilitares, pero en el enfrentamiento con Tal Cual hay algo que va más allá. ¿Qué es lo que tanto le duele al gobierno de lo que se publica en Tal Cual?
Tal Cual es un asunto personal:
¿Por qué Tal Cual? ¿Por qué un tabloide de muy poco tiraje y con apenas 16 páginas, que no pertenece a ningún grupo económico y al que es imposible atribuir cualquier tipo de vínculo con el imperio se ha convertido en El Enemigo que el gobierno de Maduro tiene que eliminar?, ¿Por qué lo demandó el Tte. Cnel. Chávez? ¿Por qué lo demanda el Capitán Cabello? ¿Por qué hay que cerrarlo a toda costa?
Tal Cual pone en evidencia la desnudez del Rey
Tal Cual ha conseguido ser un diario cuestionador e independiente y ese es su gran pecado. A pesar de su perfil claramente opositor, no son pocas las ocasiones en las que el diario ha defendido posiciones del gobierno como tampoco lo son aquellas en las que lo ha criticado. A la oposición también, es de destacar.
Ningún medio debería ser complaciente y muchos se lo proponen, pero una línea editorial de estas características no siempre logra realmente plasmarse en las páginas de un diario y permanecer. Cuando lo consigue, se convierte en algo subversivo que transmite algo más que la crítica, transmite una forma y una lógica de pensamiento intrínseca a la democracia y, por lo tanto, esencialmente contraria al pensamiento único y a la disciplina y la obediencia militar.
Tal Cual es un símbolo de la libertad de pensamiento y de opinión que es lo que lo ha convertido en el peor enemigo del pensamiento único reinante.
Lo que realmente no soportan de Tal ese medio los militares en el poder en Venezuela, es la lógica que sostiene y enseña un diario que es capaz de informar sin compromisos ni ataduras con grupos económicos o políticos. Lo que no soportan es la lógica de la democracia transmitida con el ejemplo, porque lo que realmente se teme de un pequeño medio como Tal Cual es que su ejemplo cunda no sólo entre la oposición –también muchas veces tentada a conductas autoritarias- sino que cunda entre sus propios seguidores y que los chavistas abandonen la obediencia debida.
Los militares saben que cuando eso suceda su fin habrá llegado. Los militares saben que -como carceleros de los presos políticos- se han convertido ellos mismos en presos de sus propias arbitrariedades. Los militares saben que los hombres libres, aún presos son más libres que aquellos que los vigilan y ese es su gran temor.
Para el gobierno la oposición representa un problema político menor comparado con el que representa la libertad de pensamiento y de expresión que se da en la lógica comunicacional de Tal Cual. Por eso a Tal Cual lo han atacado personalmente los hombres más fuertes del régimen como son el Tte. Cnel. Chávez y el Capitán Cabello, porque no pueden soportar la idea de la desobediencia civil que representa, que no es la desobediencia a una medida coyuntural, es la desobediencia a la disicplin de la obediencia militar, es el ejercicio de la libertad.
Frente a todos estos hechos -que no son verdadera novedad en nuestros países- el silencio de los políticos y gobiernos de Uruguay y de Argentina resulta ¿cómplice, preocupante, escandaloso, atronador?