Cuando muere un fiscal, alguien deja de hacer preguntas molestas. Alguien deja de investigar.
Cuando muere un fiscal, alguien deja de reclamar, buscar y encontrar Justicia.
Cuendo muere un fiscal, alguien deja de desatender familia, afectos y amigos para desentrañar un enigma… Para encontrar la verdad.
Cuando muere un fiscal, la Sociedad pierde a uno de sus representantes en el marco de un proceso judicial por un crímen que la agravió.
Cuando muere un fiscal, la República llora. Porque uno de los individuos que integraba sus pilares ya no está, y el cimiento, se debilita.
Cuando muere un fiscal, alguien debe reemplazarlo inmediatamente, para su obra perdure y su desaparición física no sea en vano.
Cuando muere un fiscal, el país entero está de luto.