Así como no deben existir los padres amigos durante la edad de crianza de los hijos, dado que deben ejercer con límites incluidos su función de padres, tampoco deberíamos tener jueces amigos, funcionarios amigos, presidentes amigos. Lamentablemente, la tragedia de Costa Salguero ocurrida este fin de semana nos hace reflexionar sobre los motivos por los cuales las amistades mal entendidas atentan contra la vida de las personas. La cadena de responsabilidades puede comenzar en uno u otro extremo, así padres o funcionarios están en el mismo estatus, son los responsables iniciales o finales del extravío de una vida. El mal ejercicio de la autoridad que cada uno ostenta y de la que debe hacerse responsable puede terminar con una vida.
La problemática que viene atravesando Argentina tiene que ver con la laxitud de los límites. La tragedia de Costa Salguero no es sólo pérdida de vidas, sino una muestra de las anarquías reinantes. Ya en el 2007 el sociólogo Marcelo Urresti nos alertaba sobre los riesgos de la cultura adultescente: cuando el padre se convierte en un par, impide que el hijo transgreda su autoridad para poder crecer. Estas amistades y la falta de autoridad que atraviesan las instituciones dan por tierra cualquier intento de prevención.
Es increíble cómo el Gobierno del presidente Mauricio Macri viene pensando frenéticamente en la política y no tiene reacciones políticas.
La herencia recibida, no menor para nada, fue incrementada vía devaluación y tarifazos, al incorporar miles de despidos y 1.400.000 nuevos pobres. La línea entre el despido y la pobreza es muy delgada. El Presidente recomienda, a la hora del tarifazo, educarse en el consumo en primera instancia. Las medidas sociales presentadas el sábado son un tibio intento de apagar el incendio. Del incendio real sólo se puede salir con el mantenimiento y la generación de nuevas fuentes de trabajo.
El verdadero problema de la inflación tiene que ver con dos elementos: primero, con el dinero emitido por la gestión anterior. Se habla de que se lanzaron a la calle 450 mil millones de pesos y aún el actual Gobierno no pensó una estrategia para solucionarlo. No apareció la aspiradora que lo saque de circulación. Parecería que el equipo económico cree que con el exitoso arreglo con los holdouts ingresarán fondos con los cuales pensar esa estrategia. En el mientras tanto, y aquí el segundo elemento, la inflación de expectativas se come la totalidad del dinero del bolsillo de los trabajadores y de gran parte de la clase media. Lamentablemente, a esta situación hay que agregarle dos ítems: en lo internacional, la incidencia de la impensada forma en la que la presidente Dilma Rousseff está terminando su Gobierno ya ha producido que nuestras exportaciones a Brasil se redujeran del 80 al 40 por ciento. En el orden interno, el otro ítem tiene que ver con la zona núcleo productora por excelencia del yuyo sagrado: la soja, cuya cosecha —de continuar este tiempo— corre serio riesgo de perderse.
El senador Carlos Reutemann bien define la situación como de “colapso inesperado”. Dice: “El productor entusiasmado por las políticas del Gobierno para el sector sembró. Ahora está endeudado y sin semillas para el año que viene. Es increíble ver cómo el poroto germina dentro de la misma chaucha generando una nueva planta. Esto no sirve ni para alimentar a los animales”. La situación también agudiza la problemática existente en el sector lácteo y de la carne. Entre paréntesis, el presidente Macri debió recorrer las zonas afectadas de Santa Fe con el gobernador Miguel Lifschitz, no sólo con su socio político, el intendente José Manuel Corral.
Parece lejano, pero transcurrió solamente una semana desde que la ex presidente Kirchner hizo, en Comodoro Py, el lanzamiento político de su nuevo espacio: el Frente Ciudadano. Finalmente, Cristina Fernández blanqueó su no pertenencia al justicialismo. El peronismo debería aprovechar esta instancia para realizar una profunda autocrítica por haberse desviado de sus ejes fundantes tanto con Carlos Menem como con los Kirchner. Sus representantes deberían debatir la manera de devolverle al movimiento creado por Juan Domingo Perón el estatus perdido. La gran pregunta es quiénes están en condiciones de protagonizar ese cambio basado en la justicia social.
A propósito de Comodoro Py, seguramente habrá otras citaciones, como ocurrirá esta semana con colaboradores de los Kirchner, por ejemplo, Julio de Vido. Lamentablemente, la ministra Patricia Bullrich no estuvo una vez más a la altura de sus responsabilidades. La calle le perteneció a La Cámpora, y esto, le guste o no a la ministra Bullrich, crea un precedente que en un futuro no muy lejano puede terminar en un dolor de cabeza adicional para el presidente Macri.