Por: Mundo Asís
Mauricio, Sergio y Daniel (penúltima época): Impone PRO la Ortodoxia Amarilla para desairar a la Franja de Massa.
Escribe Oberdán Rocamora, Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital
“Durán Barba nunca se equivoca”, confirma la Garganta. “Cuando te parece que comete un error, es cuando más acierta”.
El etnocentrismo de Buenos Aires, La Inviable, aporta tensión narrativa a la lucha por el poder. El territorio donde se decide, en gran parte, si va a registrarse una transferencia en diciembre. O si habrá un mero recambio de figuritas. Con Daniel Scioli como ganador (si supera el Efecto Randazzo. Ampliaremos).
Pero PRO ya no es el partidito urbano y vecinal. Aprendieron el uso político de la perversidad. Perciben que Sergio Massa es depilado. Por la dinámica de sus contradicciones. Corresponde bajarle el precio.
Sin embargo Sergio tiene suficiente espalda para contener la adversidad, por lo menos durante las próximas tres semanas, mientras se acerca la compulsión del cierre.
De ningún modo Sergio va a bajarse de la postulación presidencial. Y hasta se atreve a proponer, como probable salida inteligente, la gran (y riesgosa) interna opositora. Para unificar fuerzas contra Daniel y La Doctora, quienes tal vez prefieren contar con otra Unión Democrática. En contra, para vencerla.
Mientras tanto, quien se precipita para arreglar la suya es Francisco De Narváez. Propaga otra gran interna, aunque para gobernar la provincia. No quiere ser arrastrado, de vuelta, en la polarización. Como en 2013, cuando estuvo polarizado, en el bando perdedor.
Polarizar a Sergio
Lo que Mauricio se propone, en el fondo, es polarizar con Daniel. Y viceversa. Sin Sergio (Ni Francisco).
Si ambos -Daniel y Mauricio- polarizan, Sergio queda reducido a la condición de polarizado. Como una víctima involuntaria del pronunciado sistema de depilación.
Es el fenómeno que perciben los garrocheros que se anexaron a La Franja de Massa, para “mojar la medialuna”. Los que no pertenecen al núcleo fundacional (San Martín, Olavarría, San Miguel, General Villegas).
Son los protagonistas de la depilación que buscan salvarse, ante la adversidad. Aferrados a alguno de los dos polos.
El polo de Mauricio, si es que Durán Barba los acepta, lo cual es bastante difícil, ya que Mauricio está agrandado, y para recibir caudillos exige análisis de sangre, certificados y tomografías.
O el polo de Daniel, que contiene el atributo peronista de la generosidad y la desprejuiciada amplitud. En el polo de Daniel, o del peronismo, nunca se preguntan tanto por las razones del regreso. Lo importante es que los caudillitos distanciados vuelvan al redil. Como correctos hijos pródigos.
El encargado de la misión evangélica de recibirlos es, según nuestras fuentes, Aníbal Fernández, el candidato a gobernador (también ampliaremos).
Como en la pieza teatral “La empresa siempre perdona un momento de locura”, de Rodolfo Santana, en el peronismo siempre se admite el retorno del peronista descarriado.
Al respecto Tito Lusiardo, alias Juanjo, puede dictar cátedra.
Los Roberti
La lógica muestra la evolución intelectual de Durán Barba, hoy transformado en el moderno Maquiavelo. Aunque, con los últimos movimientos negociadores, los que hasta hoy se desmoronaron, nada haya tenido que ver.
Hasta la semana pasada, se trataba la aceptación de Sergio si hacía públicamente, según nuestras fuentes, el harakiri del renunciamiento. Y aceptaba, en el rebaje de quinta a tercera velocidad, ir como gobernador. En cambio hoy, como Sergio aparece más depilado, quien pugna por ser el gobernador es Francisco.
Es el indeseable co-protagonista de la célebre Tragicomedia con Mauricio.
Pero el diputado Roberti, jefe del Clan Roberti, cree advertir, por experiencia, una maniobra. Ocurre que Roberti tiene una licenciatura en Narváez. Es el esposo de la señora Mónica López. La que también, desde la Franja, aspira a ser gobernadora. Resulta entendible el resquemor de Los Roberti por Narváez.
Ellos -Los Roberti- habían abandonado a Narváez para encaramarse en la Franja. Y cuando se acomodaron en la Franja y creían que iban a competir con Giustozzi, a lo sumo con Solá, debieron sorprenderse con que el abandonado, Francisco, los perseguía. Volvían a encontrarse en la misma trinchera de Tigre. No había lugar, en el pozo, para tantos candidatos.
“Narváez quiere volver a traicionar”, clama Roberti. “Quiere irse con Macri y abandonar a Massa”.
Significa confirmar que Francisco, para Los Roberti, se disponía a encarar otra mudanza.
Así como Francisco trasladó sus oficinas desde la calle Báez, en Las Cañitas, hacia el Tigre, al adherir a La Franja de Massa, se propone ahora (para Los Roberti) trasladar sus oficinas del Tigre hacia Parque Patricios, precisamente en la calle Uspallata, para estar más cerca de Mauricio, el personaje de la clásica Tragicomedia que no lo acepta.
Porque Mauricio opta por la línea filosófica que le baja el pensador Durán Barba, su Maquiavelo personal, de neceser, y se inclina por la pureza conceptual de la Ortodoxia Amarilla. Y mantener como única candidata, cien por cien de pureza PRO, a la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Carriego.
Algarabía de La Doctora
Lo prioritario, aquí, es polarizarlo a Sergio.
Para algarabía, aquí, de Daniel y de La Doctora.
Mientras los depilados a Sergio, y los que están por depilar, se entusiasman con la idea de reubicarse en la vastedad del peronismo. Como en las “mesas” del Cafetín de Buenos Aires, el peronismo “nunca pregunta”. Ni exigen explicaciones. Acepta a Insaurralde, ni a Sandro, a Tito Lusiardo.
En esta historia Sergio es el polarizado. Al que se debe castigar con énfasis. Por haberse atrevido.
Es el intendente de Tigre que, desde una miserable banca de diputado, pretende saltar hacia la presidencia de la república. Y cargarse, en el trayecto, a dos gobernadores. A Mauricio y Daniel. Los polarizadores que, entre depilaciones, sigilosamente, lo polarizan.