Lo de Chevron sigue siendo bueno

Nicolás de la Plaza

La revelada clausula “secreta” del acuerdo YPF-Chevron, que ya es polémica, es la que se conoce comúnmente como Force Majeure Clause o “caso fortuito” en el derecho argentino aunque no tiene el mismo significado. Básicamente es una clausula que libera de obligaciones a una o a ambas partes si el negocio es afectado por una catástrofe natural (tsunami, tornado, terremoto) o un golpe de Estado, una guerra o, como se detalla en este caso, “un cambio de vientos políticos”.

El “cambio de los vientos políticos” relega obligaciones de la o las partes si la corte norteamericana (donde se decidirán estas cuestiones, si pasan) entiende que hubo “mala fe” por parte del Estado. Por ejemplo, por “mala fe” se puede entender lo que paso con Repsol, que básicamente fue confiscar la empresa al par de meses que se anunciaron las posibles reservas en Vaca Muerta. Las razones electorales o circunstanciales que usan los gobiernos populistas para justificar su captación de recursos al Estado son vistos en las cortes estadounidenses como simple mala fe. Recubierta de palabrerío demagógico.

Entonces el “cambio de viento político” se refiere a la profundización del descalabro. Es decir, si se traslada a Chevron la “mala fe” hacia quienes todavía hoy producen en Argentina con medidas que consisten en bloquear las tuercas en la Aduana, aumentarles las coimas, cerrarles los mercados “por guapos”, preguntarles si se bancaron la dictadura…

Como más o menos dije en el anterior artículo del tema, este acuerdo con Chevron es una prueba, un buscapié, y estas cláusulas son garantías, porque en Argentina a sus funcionarios no les gustan las inversiones extranjeras, ni los extranjeros. Entonces es lógico que si te hacen la vida imposible tengas que hacerles poner una garantía por escrito.

El acuerdo es por el 3,3% del área, la inversión total calculada para ese área es más de 15 mil millones de dólares. Por el 3,3%. Pensala un poco: si se van y se llevan el 50% de renta de unos 20 pozos no está tan mal. Primero que Chevron nunca se va a ir de Vaca Muerta, segundo porque necesitamos que Chevron esté instalada para que lleguen las demás.

Argentina desde afuera se ve como una parodia: se aprecia a la gente, la cultura, la boludez del tango y la carne, pero a este último gobierno se lo ve devastador; y que Chevron invierta en Argentina se entiende como una locura. Se arregló una cláusula de Force Majeure, eso es todo. Esas cláusulas existen en cualquier contrato petrolero, aunque el país huésped sea Finlandia. Se usa para evitar mala fe de los gobiernos de turno. Y en este caso Chevron fue generoso.

 

Publicado originalmente en Twit Político.