Por: Nicolás Tereschuk
El año 2014 presenta una serie de incógnitas en el panorama político para las que nadie tiene respuestas certezas, por ahora.
Planteo algunas:
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¿Cómo encararán oficialismo y oposición el primer “año once” de un gobierno en el poder? El período más extenso que la democracia argentina recuperada en 1983 conoció hasta el momento fue el que lideró Carlos Menem, con diez años y medio.
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La ausencia de elecciones que caracteriza a los “años pares” en la Argentina, ¿hará más o menos tensa la situación política? Sin elecciones, ¿será 2014 un “año de la economía? ¿Con qué nuevas herramientas lo encarará el Gobierno?
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¿Cuántas coaliciones opositoras se conformarán para intentar derrotar al oficialismo en 2015? ¿Dos, una no peronista y una peronista disidente? ¿O más?
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¿Cuál de las estrategias opositoras que comiencen a perfilarse el año próximo estará más cerca del éxito? ¿Aquellas que plantean un cambio de 180 grados con respecto a la gestión kirchnerista o las que prometen continuidad de ciertas políticas y cambios en otras?
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El Gobierno inició un diálogo “de gestión” con gobernadores alineados en la oposición. En las últimas semanas hubo expresiones públicas que revelaron coincidencias en temas concretos entre la Casa Rosada y, por ejemplo, Antonio Bonfatti (socialista de Santa Fe), Mauricio Macri (porteño, del PRO) y Daniel Peralta (santacruceño, del peronismo disidente). ¿Esa situación preanuncia algún cambio en el panorama político?
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¿El Gobierno podría perder el respaldo de sectores aliados ante disidencias por temas puntuales? El tratamiento del proyecto de Código Civil y el ascenso de César Milani mostraron discrepancias entre dirigentes oficialistas.
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El oficialismo se perfila hacia un recambio presidencial sin un candidato con el apellido Kirchner en las boletas. ¿El Gobierno se inclinará a que las disputas en el Frente para la Victoria se diriman en internas abiertas o buscará apoyar a un único “candidato propio”?
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¿Qué rol “político” buscará jugar la Iglesia católica, con el Papa Francisco a la cabeza? ¿Uno más prescindente o más activo y de protagonismo cuando comience a perfilarse el recambio presidencial?
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Dos “corporaciones” le dieron dolores de cabeza al Gobierno durante 2013: las policías provinciales, con las rebeliones de fin de año, y la Justicia, que bloqueó las reformas en ese poder aprobadas por el Congreso. ¿Habrá nuevos rounds en esa pelea durante 2014?
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Luego de la Tragedia de Once, el Gobierno desembolsó una multimillonaria inversión en los trenes metropolitanos. En 2014 se anuncia que estarán funcionando formaciones nuevas en casi todas las líneas que unen la capital y el Gran Buenos Aires. ¿Tendrá impacto político de esa nueva situación?
Esas son las primeras diez preguntas que se me ocurren. Seguramente irán surgiendo más, a la espera de nuevas respuestas.