Moscato, PISA y Feinmann

Pablo Pérez Paladino

Parece que le vamos a tener que dar la razón a Edu Feinmann cuando con su estilo característico se debatía en eternas disputas mediáticas y montaba su show contra los jóvenes estudiantes pidiendo explicaciones de por qué en vez de dedicarse a estudiar tomaban escuelas.

Recuerdo que la última toma, más allá de los desmanes perpetrados por algunos chicos, un grupo de padres alzo su voz fuertemente en contra de ellas poniendo tímidamente sobre la mesa la discusión sobre el rol que esos chicos debían cumplir como estudiantes que son y dejando al descubierto el deterioro del sistema educativo argentino.

No pretendo con este artículo entrar en el debate de que si las tomas en ese momento estaban bien o no. Lo que rescato es que pusieron en la agenda pública el grave estado por el cual está pasando la educación en la Argentina.

Lamentablemente, acabadas las tomas, volvimos a dejar de lado el debate.

Esta semana se dio a conocer en todo el mundo los resultados de la prueba PISA donde ubica a nuestro país en el extremo de los países con peor puntaje. Algo que se viene repitiendo en los últimos años, que se acentuó en esta década y que se mantuvo con los resultados de este año.

Es preocupante escuchar a los funcionarios que tienen la responsabilidad en sus manos relativizar los resultados diciendo que “a todos los países americanos no les fue bien”.

Tampoco nos podemos conformar diciendo que mantuvimos los niveles de los años anterior. Escuchar las declaraciones de Sileoni da la sensación que para el sistema educativo argentino no fue una década ganada.

Más allá de que las declaraciones del ministro de Educación de la Nación no son felices, siguen siendo más preocupante los resultados obtenidos por los estudiantes de nuestro país.

Vamos a tratar de no ver todo mal.

Tenemos que tomar esto como punto de partida la obligación de empezar a dar este debate. El debate de qué modelo de país queremos para nuestros hijos. El debate de que si la educación es o no un eje fundamental para el desarrollo de la Argentina.

Hablar de educación es hablar de futuro, es hablar de desarrollo y crecimiento. Pero tenemos que empezar hoy.

Es imprescindible que los dirigentes políticos, los educadores y toda la sociedad asuman un fuerte compromiso con la educación pública.

En los últimos años, la región tuvo  un desempeño aceptable en materia económica, sin embargo ninguno demostró haber puesto la educación como uno de los ejes prioritarios para la construcción nacional.

Mi esperanza está en ver el próximo encuentro entre Edu y los chicos del secundario pero esta vez poniendo énfasis no en las razones de la toma de un colegio sino en la calidad de educación que están recibiendo.