Por: Rubén Murray
Hace pocos días se difundió la noticia de que Estados Unidos podría entrar en default por primera vez en su historia debido a la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos. El debate está instalado en el Congreso en torno a elevar o no el tope de la deuda que puede tomar el país. Lo que sucede es que si el Congreso no aprueba el incremento de la deuda, la primera potencia mundial no podría hacer frente a sus obligaciones, y según lo informado por el secretario del Tesoro, Jack Lew, el plazo de vencimiento, en el cual se desencadenaría esta situación, es el próximo 17 de octubre.
El default, que en caso de concretarse sería inédito, podría ocasionar serias dificultades tanto en Estados Unidos como en muchos otros países. Las principales consecuencias serían las siguientes:
- Suba de tasas de interés: el hecho de que un país entre en default implica que es una economía riesgosa, y esto siempre se correlaciona con una tasa de interés más elevada. De hecho, el riesgo país se mide como la mayor tasa que se paga con relación a bonos que se consideran libres de riesgo. El problema adicional es que las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos son tasas de referencia consideradas como “libres de riesgo”, por lo que la suba de dichas tasas afectaría a las de muchos otros países.
- Al subir las tasas se produciría un encarecimiento del crédito, lo cual afectaría a los millones de americanos que están endeudados.
- Menores inversiones: todo país que entra en default provoca una salida de inversiones debido al alto riesgo que implica invertir en dicha economía y también debido a las mayores tasas de interés que hay que soportar para financiarse.
- Caída del empleo: al subir las tasas y caer las inversiones la actividad económica se resentiría y por lo tanto caería el nivel de empleo.
- Volatilidad en la bolsa: los títulos públicos americanos pueden sufrir una caída en su cotización debido al mayor riesgo que se les asignaría y debido a una menor demanda que habría de dichos activos. Adicionalmente, la caída en el nivel de actividad y la mayor turbulencia financiera provocarían caídas en el valor de las acciones que cotizan en Bolsa. Por otra parte, la salida de capitales de dicho país provocaría más volatilidad en el mercado financiero internacional.
- Dólar: la debilidad de la economía americana conllevaría a un debilitamiento del dólar, provocando una caída en su valor en comparación con otras monedas.
- Comercio exterior: el menor nivel de actividad económica disminuiría la demanda americana de productos del exterior, lo cual impactaría negativamente en el comercio internacional.
En definitiva, un default de la economía americana podría arrastrar al país a una nueva recesión y contagiar a diversos países, pudiéndose llegar a una situación más delicada que la que se generó hace 2 años con la crisis de las hipotecas subprime, donde Estados Unidos vivió una situación similar que terminó provocando que por primera vez en la historia se le baje la calificación de riesgo a su deuda. Por el bien de todos, esperamos que prevalezca la coherencia en los políticos americanos para que finalmente se termine arribando a un acuerdo que evite el default.