Por: Ruben Ullúa
En lo que va del año 2014, el precio del metal ha crecido un 12%, pasando de instancias de 1205 dólares por onza troy a niveles de 1350 dólares por onza troy. Sin embargo, esta respuesta alcista del metal ha pasado desapercibida para gran parte del mundo inversor. Es que entre septiembre del año 2011 y diciembre del pasado año 2013, el precio del oro pasó de cotizar de niveles históricos en los 1920 dólares a niveles mínimos de 1182 dólares, perdiendo durante esos veintisiete meses un 38.4% de su valor.
Claramente esa caída del precio del metal, logró erosionar en gran parte la euforia que se vivió en momentos que estos se encontraban en valores históricos, donde no sólo el inversor habitual hacía proyecciones lineales respecto a la tendencia futura del oro, sino que incluso una gran porción del ahorrista común comenzó mirar al metal como un atractivo de refugio e inversión a sus ahorros.
Hoy, con un mercado mucho “más limpio de participantes”, por el mismo efecto de la baja de precio, el avance del 12% que ha desarrollado el metal en los últimos dos meses ha pasado desapercibido por una gran mayoría y ello es una buena noticia, ya que podemos hablar de una tendencia en curso que recién comienza y no de una tendencia saturada.
En efecto, muchos interpretan que esta subida del oro va a asociada justamente a que los precios habían perdido bastante terreno en los últimos dos años, sumado a que ante la tensión internacional por los conflictos en Ucrania, muchos inversores observan en el metal una vía de valor y refugio.
Sin embargo, nuestro análisis sostiene que la recuperación de los últimos dos meses puede ir más allá de una simple cobertura del dinero con aversión al riesgo. De hecho, creemos que este avance para el precio del metal iniciado el pasado mes de diciembre en instancias de 1182 dólares por onza troy, podría dar lugar al inicio de una nueva tendencia alcista con proyección de mediano plazo, al menos hacia los próximos dos años, no sólo con la finalidad de recuperar de manera íntegra las pérdidas de los últimos dos años, regresando hacia los máximos históricos de 1920 dólares por onza e incluso accediendo hacia niveles superiores; muy posiblemente superando la barrera de los 2000 dólares por onza.
Ahora bien, dentro del proceso de recuperación en curso, que esperamos se transforme en tendencia principal hacia los próximos dos años al menos, el metal tendrá varios escollos que rebasar, para ir confirmando la lectura técnica alcista expuesta y es entonces allí donde deberemos centrar nuestra atención en el corto plazo.
En primera instancia, un quiebre alcista de la zona de 1360 dólares por onza troy será necesario para liberar un camino de avance mayor hacia un siguiente objetivo en los 1470-1550 dólares por onza. Mientras tanto, eventuales recortes que puedan darse desde los niveles actuales deberían considerarse temporales y con contención en la zona de 1310-1290 dólares por onza o bien en los 1250 dólares, para finalmente luego la escalada alcista en los precios continúe su curso y los objetivos arriba propuestos sean finalmente buscados. En relación a lo propuesto, eventuales recortes que puedan darse en el precio hacia las próximas semanas, estos deben considerarse como una oportunidad de inversión y posicionamiento con vista hacia los próximos dos años al menos, esperando que el desarrollo alcista mayor proyectado logra materializarse.
Solamente en caso que los precios fallaran en superar los 1360 dólares y ante ello terminen revirtiendo a la baja, generando un quiebre de la zona de soporte y contención en los 1250 dólares por onza troy, nuestro optimismo actual con proyección mediano plazo para el metal quedará comprometido, aunque el mismo se terminará de abortar recién ante un quiebre de los mínimos de diciembre del pasado año en los 1180 dólares. Veamos… ¿Cómo puedo invertir en oro?
Quienes se encuentran poco familiarizados con los mercados financieros, entienden que la mejor forma de invertir en oro es por medio del mercado físico, es decir, acuñando monedas que se compran en casas de cambio o entidades bancarias, o bien directamente comprando en estos mismos lugares la barra de oro. Sin embargo, hacer una inversión por medio de esa vía no es ni cómoda, ni segura en estos tiempos, lo cual obliga al inversor a tener que contemplar los costos de tener el activo en una caja de seguridad u otra vía.
Por ello, resulta interesante que el lector sepa también que por medio de los mercados financieros la inversión es mucho más ágil de hacer y menos costosa. En efecto, usted como inversor puede por medio de los mercados financieros comprar un ETF asociado de manera directa al comportamiento del metal. Un ETF, es ni más ni menos que un fondo de inversión que cotiza en la Bolsa de Valores. Es decir, para no ingresar en el detalle de activos que pueda resultar algo sofisticado para la mayoría, como por ejemplo un futuro de oro, invirtiendo en un ETF asociado al metal, como por ejemplo el GLD (Gold Trust), el inversor puede aprovechar de las utilidades que el oro pueda otorgar si efectivamente la lectura analítica alcista propuesta de mediano plazo finalmente logre materializarse.