Por: Ruben Ullúa
Hacia comienzos del pasado mes de mayo, el índice Merval de la bolsa argentina ha conseguido su máximo histórico en niveles de 12611 puntos en términos de pesos y en los 1057 en términos de dólares, revirtiendo a la baja desde entonces y recortando poco más del 14%; comportamiento que fue advertido en nuestra columna “Bolsa Argentina vuelve a máximos históricos en dólares, luego de 23 años”.
Si bien es cierto que esta baja del índice en las últimas semanas estuvo principalmente impulsada por una fuerte presión correctiva de las acciones de sector petrolero, principalmente por un fuerte ajuste en el precio de Petrobras Brasil, también es cierto que el recorte de precio en las acciones argentinas ha sido generalizado desde marzo pasado, ya que tanto el sector bancario como el sector energético han mostrado debilidad en su comportamiento e incluso en ambos casos han presentado ajustes superiores al 30% desde los máximos conseguidos en el mes de marzo pasado.
Sin embargo, en la jornada del martes 02 de junio, el índice Merval practicó un fuerte avance del 6.75%, que de algún modo logra recuperar en gran parte las pérdidas sufridas en las últimas semanas. Si bien este avance ha sido recortado parcialmente en la jornada de ayer miércoles, la duda que surge actualmente en el inversor, a partir de la fortaleza que mostró la recuperación previa observada, es si podemos asumir que la tendencia alcista de fondo en el mercado ha quedado retomada en forma directa o si por el contrario este avance se trata de una “trampa de osos”, es decir, es un movimiento engañoso donde las manos fuertes aprovechan la ola compradora para comenzar a desarmar posiciones.
Actualmente los participantes del mercado coinciden en algo: comprar acciones argentinas con un horizonte temporal de dos años hacia adelante es negocio.
Sin embargo, también es cierto que existen muchas dudas de lo que pueda pasar en el corto plazo. A partir de los próximos días comenzarán a definirse los escenarios posibles ante las próximas elecciones presidenciales y el mercado no estará ajeno a los acontecimientos; aún cuando de fondo la tendencia principal se mantenga alcista y hasta el momento sin mayores riesgos de modificarse.
De hecho, el principal motivo que había impulsado la recuperación de la bolsa argentina de la fuerte baja sufrida en el último trimestre del pasado año 2014, se basaba en las expectativas de cambio de ciclo político que podría tener el país hacia finales del presente año tras las elecciones presidenciales. Estas expectativas de cambio de ciclo político, entendiendo que se trasladarían luego a cambios en la política económica y también a la política monetaria, motivaba a muchos inversores a posicionarse en el mercado de acciones, entendiendo que el precio de estas se potenciaría al alza ante un posible ingreso de capitales del exterior una vez que se concrete el cambio de gobierno.
Sin embargo, el mercado se convenció muy rápido de ello y por tal motivo el índice necesitó sólo tres meses para llevar los precios hacia nuevos máximos históricos y no tuvo en cuenta que aún resta tiempo para que esos eventuales cambios se concreten, y que mientras ello no ocurra difícilmente podamos tener incremento en el ingreso de flujo al mercado que pueda potenciar aún más la escalada alcista en el precio de las acciones.
Es así que hacia marzo pasado el avance de precio de muchas acciones se quedó sin combustible y ante un mercado en tendencia alcista saturada y sin ingreso de fondos que pueda sustentar el desarrollo de dicha tendencia, los precios terminaron por revertir a la baja en el corto plazo, recortando de manera parcial al avance practicado hacia el primer trimestre del año.
Claramente, la baja desarrollada por el mercado en las últimas semanas terminó menguando el optimismo que mostraban los inversores hacia marzo pasado. A pesar de ello los volúmenes transados en el último tiempo han sido realmente bajos, con lo cual es posible asumir que la fuerza vendedora del mercado no ha sido muy importante y por lo tanto ahora el mercado estaría ya en condiciones de retomar la senda alcista. Sin embargo, esto es por el momento sólo una interpretación especulativa.
Hoy, tras observar el fuerte avance de la jornada del martes, con promedio de subas del 8-9% en muchas de las acciones líderes, inevitablemente surge la duda en los participantes si el avance se trata de la reanudación de la tendencia alcista de fondo en los precios, lo que implicaría “el regreso de los toros”, o si por el contrario, dado que el volumen acumulado en el avance tampoco ha sido de importancia, en definitiva debemos entender que la subida se trata de una “trampa de osos”, es decir de un movimiento engañoso que busque incentivar el regreso de los participantes del lado comprado, para de esa forma las grandes manos puedan aprovechar mejores precios para salir de sus posiciones.
En este sentido, para poder llegar a una mejor conclusión de lo que representa el avance del último martes, será clave el accionar de los precios en las próximas sesiones.
En efecto, si el avance observado en la jornada de ayer forma parte de la reanudación de la tendencia alcista de fondo en los precios, mínimamente debemos ver una rápida recuperación del índice por encima de los 11800-12000 puntos, acompañado por un fuerte incremento en el volumen operativo. Si así fuera, entonces podemos asumir que hay ingreso genuino de flujo al mercado y por lo tanto la tendencia podría terminar siendo sustentable en vista a las próximas semanas e incluso a los próximos meses.
Ahora, si por el contrario el avance observado el último martes, descomprime sus fuerzas hacia las próximas sesiones, el índice no logra superar la resistencia de 11800-12000 puntos y el volumen no se incrementa, entonces sugerimos ser muy cuidadosos en la operatoria, ya que en tal caso no podremos descartar que se trate de un movimiento alcista de engaño y que por lo tanto el mercado termine retocediendo e incluso profundizando el proceso de corrección en fuerza desde marzo y mayo pasado. Estaremos atentos…