Por: Ruben Ullúa
Euforia fue lo que se vivió en el mercado de capitales argentino el pasado lunes 26 de noviembre como consecuencia del resultado de las elecciones presidenciales del último domingo, que habilitó por primera vez en la historia argentina un ballotage presidencial para el próximo 22 de noviembre.
Como es de público conocimiento, muchas acciones lograron escalar en sólo una jornada niveles superiores al 10%-15%, tanto en el plano local como los ADRS que cotizan en Wall Street. Principalmente las acciones del sector bancario y energético, aunque en términos generales la mayoría de los sectores acompañaron dicha tendencia.
Es evidente que el mercado festeja el resultado de las elecciones y lo que hasta la semana pasada era incertidumbre, desconfianza y hermetismo, hoy al menos se observa que el humor ha cambiado.
Ahora, ¿es suficiente esto para pensar que la tendencia alcista en los precios de las acciones ha quedado retomada de manera directa a nuevos máximos? La respuesta es “no”. Sin embargo, las probabilidades se han incrementado bastante y desde lo técnico sólo restan confirmaciones.
En efecto, aquellos lectores que nos vienen siguiendo en los análisis expuestos para el mercado local desde esta misma columna sabrán que desde hace ya un tiempo advertimos que el recorrido alcista que viene desarrollando la bolsa argentina a lo largo de los últimos dos a tres años aún debería tener mayor potencial de desarrollo. Incluso en la columna del último 30 de septiembre, “Perspectivas técnicas para la bolsa argentina”, comentamos que, según la ciclicidad de movimiento de la bolsa local en los últimos 25 años, resulta esperable que este bull market (mercado alcista), en desarrollo desde el año 2012, pueda extenderse sin mayores problemas hacia el año 2017.
Ahora, si nos centramos más a corto plazo, vale aclarar que el mercado enfrenta en estos momentos parámetros técnicos de importancia que deberán superarse para confirmar tendencia y así liberar subidas más ambiciosas hacia los próximos meses.
¿Qué debería superar el Merval en pesos para confirmar tendencia?
Tomando el índice como principal referente del mercado para confirmar si la bolsa argentina ha retomado su tendencia alcista de fondo, actualmente es necesario un quiebre de la zona de máximos históricos en pesos de 12.500-12.600 puntos, idealmente con un fuerte ingreso de volumen operativo, para considerar que el avance en curso será mucho más ambicioso hacia los próximos meses y que posiblemente se conseguirían objetivos de 14.500-15.000 puntos antes de finales del presente año.
Recordemos que esta zona de máximo mencionada en torno a los 12.500-12.600 puntos ha sido reconocida por el mercado en dos oportunidades durante el último año operativo: en septiembre del 2014 y marzo-julio del 2015, desde donde se habilitaron caídas realmente de importancia para el mercado hacia los meses siguientes. Por lo comentado, si en esta oportunidad el índice supera dicho nivel de escollo, será un claro indicio de tendencia alcista sustentable en desarrollo.
¿Qué debería superar el Merval en dólares para confirmar tendencia?
Básicamente, el hecho de que la variación del tipo de cambio, principalmente del contado con liquidación (CCL), pueda sesgar cualquier tipo de análisis en moneda local. Por ello, también resulta interesante tener presente los parámetros de confirmación en términos de dólares, siempre tomando el CCL como referente.
En este sentido, la resistencia más importante que enfrenta el Merval en términos de dólares se ubica en los 850-930 dólares, área representada por los valores históricos del índice que fueran alcanzados en los años 1992, 1997, 2011 y 2014. Creemos que un movimiento de avance del índice por encima de esa zona, idealmente acompañado de ingreso de volumen, nos indicaría que la tendencia en dólares también ha quedado retomada como tendencia principal. Buscaría entonces superar los máximos históricos del presente año en los 1.050 dólares y acceder a objetivos bastante más ambiciosos hacia finales del presente año y comienzo del 2016; ello sería posiblemente para buscar objetivos de 12.00-13.00 dólares de Merval.
A pesar del optimismo expresado más arriba, también es conveniente no pecar de emocional o ambicioso. Es decir, si bien es verdad que no tenemos técnicamente aún confirmación de que la tendencia alcista de fondo haya quedado retomada a máximos históricos, pero que las condiciones están dadas para que eso ocurra, lo cual sugiere poner toda nuestra atención, también resulta conveniente que el inversor se mantenga atento a otras variables externas y no sólo a las que afectan al mercado local.
En efecto, en lo que va del año la bolsa argentina arroja una ganancia acumulada cercana al 40% en términos de pesos y al 20% en términos de dólares (tomando como valor de referencia de dólar el contado con liquidación). Este rendimiento la coloca como la única bolsa latinoamericana que arroja utilidades en 2015, no solamente en términos de moneda local, sino también en términos de dólares.
A partir de ello y sabiendo que quien debería impulsar un avance mayor para el mercado local no será el inversor independiente, sino principalmente el institucional, y que este al momento de decidir colocar el flujo en el mercado también evalúa el valor relativo de nuestro mercado respecto a la región, entonces nos preguntamos: ¿será suficiente un eventual triunfo de Mauricio Macri el próximo 22 de noviembre para consolidar una tendencia positiva en nuestro mercado hacia el próximo año 2016? ¿Acaso el institucional externo, al momento de decidir su inversión en la región, optará con tanta seguridad de posicionarse en acciones argentinas, que muchas se encuentran en niveles cercanos a máximos históricos en pesos y en dólares, respecto de buscar posicionarse en acciones de Brasil, por ejemplo, que en los últimos años han perdido en algunos casos más del 60% de su valor?
Con lo expresado no queremos ser aguafiestas del optimismo que hoy vive el mercado, que insistimos que puede extenderse hacia lo que resta del año e incluso hacia comienzos del entrante. Sin embargo, lo que sí buscamos es que el inversor independiente principalmente no peque de ambicioso o “confianzudo” a los movimientos emocionales que pueda tener el mercado a las noticias que se vayan sucediendo, sino que también sepa optimizar los retornos conseguidos.