La nismanizacion de la economia

Carlos Arbia

La muerte del fiscal Alberto Nisman ha provocado que gran parte de la ciudadanía argentina dude de todo y de todos. La gran incógnita es la causa de su fallecimiento. Esa duda sobre si se trató de un suicidio, un suicidio instigado o un homicidio realizado por servicios de inteligencia locales o extranjeros se ha trasladado como tema de debate diario al campo de la economía y al mundo de las empresas y los negocios. El “Caso Nisman” es una especie de efecto no deseado para el gobierno. En particular porque se da en medio de un proceso preelectoral presidencial.

El “Caso Nisman” opacó la fiesta financiera que vive el mercado argentino con el riesgo país en valores cercanos a los 500 puntos de octubre del 2000, antes de que Carlos “Chacho” Álvarez dejara el gobierno de la Alianza y el país estallara en mil pedazos con el final de ese gobierno. No se trata de una recuperación financiera más. Es sin dudas la mayor suba registrada de los activos financieros en pesos y en dólares de los dos gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner.

Un espectacular “efecto riqueza” generado por el aumento del valor de capitalización de las empresas  y también de las grandes  ganancias por la suba de las acciones y de los bonos en manos de empresas, individuos y también del Estado con el Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la ANSES que impacta en forma positiva en la economía. Pero el “Caso Nisman” lo empaña.

También tapa lo que ocurre hoy en el mercado cambiario con el dólar libre, blue o ilegal. Entre octubre pasado y la actualidad, bajó de 16 pesos a un valor cercano a los 12,80 pesos y generó una reducción de la brecha cambiaria con el dólar oficial del 80 al 45 por ciento. Un dato sin dudas espectacular para este gobierno. Pero, las dudas subyacen. ¿Por qué esta baja del dólar en el mercado paralelo blue o ilegal? ¿Es por el “Efecto Fábrega”?, es decir, por la estrategia del ex presidente del BCRA Juan Carlos Fábrega de retirar muchos pesos del mercado después de la devaluación del peso de enero de 2014 por parte del BCRA, ¿o es por la caza de brujas para suspender o multar casas de cambio o agentes de bolsa que lleva adelante el ministerio de Economía por medio del BCRA, la CNV y la PROCELAC?

Por el momento se observan las consecuencias del efecto de sacar pesos del mercado pero en octubre de este año o antes podría aparecer el “Efecto Vanoli”. Este se ejemplifica con la mega emisión monetaria que hizo el BCRA para financiar el déficit del Tesoro Nacional el BCRA que desde octubre a la fecha no hace más que imprimir billetes. En verdad, no hay pruebas que lo demuestren, pero las consecuencias de ambos fenómenos se hacen notar aproximadamente con 12 meses de diferencia. Por consiguiente podrían sobrar más pesos y si no hay dólares no se deber descartar una nueva corrida cambiaria antes de las elecciones de octubre.

El “Caso Nisman” ha tapado un triunfo del BCRA y el ministerio de Economía. Pero hay un dólar oficial del que ya nadie cree que pueda valer 8,76 pesos, mas allá que el BCRA empiece a devaluar más y sus reservas internacionales se mantengan estabilizadas a través de un nuevo cuento chino del gobierno en el que el mercado no cree, con una AFIP que abrió el grifo de las compras del dólar ahorro y con un dólar turista que ya no muestra tantas ventajas. El gobierno no explica que esos yuanes devaluados que le presta China habrá que devolverlos y para colmo valen menos que el dólar que se reevalúa en el mundo contra todas las monedas y el gobierno muestra como evidencia un acuerdo con China por unos 11.000 millones de dólares.

¿Son sólidas las pruebas que presenta el gobierno para mostrar una recuperación económica? Pregona un boom del turismo inflado en las vacaciones y los fines de semana largos  y utiliza un “Plan Ahora 12” para fomentar el consumo. La gente se endeuda más de lo que puede y el crédito es solo con tarjeta; el resto no existe. Mientras los bancos cobran tasas nominales de interés altísimas por arriba de una inflación que el gobierno dice que baja, los agentes económicos no creen en un país con poco crédito interno y sin crédito externo producto de una situación de default técnico provisorio desde el 30 de julio del año pasado. A eso se suma una industria que cae fuerte por problemas internos y por un Brasil que no se recupera y puede estar peor. Con la reciente decisión de Griesa la Argentina se ve impedida por salir a colocar deuda en el exterior  como lo intentó en diciembre del año pasado con una frustrada colocación y canje de bonos. Pero el “Caso Nisman” no deja ver al gobierno el problema que tiene por delante y el que puede tener el próximo.

Argentina es un país lleno de dudas y con tan pocas certezas como el “Caso Nisman” y ese efecto se ha propagado en las futuras decisiones económicas tanto de los individuos como de las empresas.