Por: Carlos Arbia
“Es griega, pero es buena, y no me hizo entrar en ninguna crisis. Al contrario, me puso a la provincia de Buenos Aires en equilibrio”. Con esta frase, en una reunión en el Merval, Daniel Scioli dio muestras a favor de una funcionaria de su gabinete para ocupar el cargo de ministra de Economía en caso de ser electo presidente. Scioli llenó de elogios a su ministra de Hacienda Silvina, “La Griega” Batakis, y dejó abierta la posibilidad de que ocupe un cargo en un eventual gobierno.
¿Por qué Batakis? Los números fiscales que muestra la provincia de Buenos Aires en la gestión de Batakis a partir del quiebre que se produce a mediados del 2012 configuran una buena carta de presentación. La mejora estuvo centrada en una gran recuperación de los ingresos, en particular en ingresos brutos, el impuesto principal, del impuesto inmobiliario, por un revalúo rural, del impuesto automotor y del impuesto a los sellos. Esto llevó a que se pasara de un déficit fiscal total de unos 8800 millones de pesos en el 2012 a un superávit fiscal total de 800 millones en el 2014, de acuerdo con los números de la consultora Abeceb que dirige Dante Sica. Batakis logró equilibrar las cuentas fiscales en la provincia y por ese motivo Scioli la tiene presente y la reconoce como una gran administradora, porque ha logrado el equilibrio financiero y la sustentabilidad fiscal de la provincia.
Buenos Aires es la provincia que tiene mayor participación de recursos propios sobre el total de sus ingresos. Esta casi se duplicó y pasó de unos 46.100 millones de pesos a casi 90.000 millones de pesos entre el 2012 y el 2014. Esto implica que de cada 100 pesos que recauda, unos 60 pesos son propios. A diferencia de lo que ocurre en la nación, entre el 2012 y el 2014 el gasto se redujo un 1,5 % anual a un ritmo mucho menor que los ingresos, pero la presión tributaria provincial pasó del 5 % en el 2012 a más de un 7 % en 2014.
Luego de julio de 2012, cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ayudó a Scioli para pagar el aumento docente, hubo un punto de inflexión para poder equilibrar las cuentas fiscales a través de un ajuste muy efectivo. Se produjo un importante proceso de desendeudamiento. La deuda en relación con el producto bruto se redujo del 12 % al 8,5 % entre el 2007 y el 2014. Todavía queda pendiente la actualización de lo que recibe la provincia por el Fondo del Conurbano Bonaerense. En 1996 se estableció un valor de 650 millones de dólares que no se actualizo más y luego de la devaluación del 2002 se transformaron en 650 pesos. En la actualidad se calcula que la provincia debería recibir unos 18.000 millones de pesos por ese fondo para equilibrar los ingresos que se le quitaron por la aplicación de la ley de coparticipación federal.
Batakis no realizó un ajuste a la ortodoxa. Esto implicaría bajar sueldos y hasta despedir gente. Pero se trata de un ajuste al fin y al cabo. La provincia ha logrado que paguen impuestos quienes antes no pagaban, ha puesto en vigencia impuestos nuevos y ha aumentado alícuotas o realizado revalúos de propiedades rurales y en la ciudad y cobra el impuesto al cable y al juego. Lo novedoso es que el equilibrio fiscal se logró gracias a un aumento de los ingresos y no por una reducción del gasto. Un equilibrio en las cuentas provinciales que tanto el Estado nacional como muchas provincias podrían imitar. Hubo un rediseño del impuesto a los ingresos brutos, se actualizaron alícuotas de otros, se penalizó la tenencia de tierras improductivas, se eliminaron exenciones impositivas y se creó el impuesto a la herencia. En ese aspecto el resultado que muestra el dúo Scioli-Batakis luego del 2012 es que una provincia que ha estado en déficit permanente, incluso en los primeros años de su gestión, hoy puede mostrar las cuentas públicas equilibradas.