El mejor Coloquio de IDEA de la última década

Carlos Arbia

El final del 51.º Coloquio de IDEA: “Tiempos de acordar y hacer”, el viernes pasado, no fue uno más. La noche de cierre, en la que pudo verse a dos jóvenes como el presidente de la institución, Ignacio Stegmann, y el presidente de este coloquio, Javier Goñi, bailar junto a todos los asistentes en el excelente show que brindó la cantante Elena Roger en el Sheraton de Mar del Plata, quedó claro que hay una clase de empresarios jóvenes que decidió cambiar el formato del evento, que usualmente finalizaba con un contador de chistes de la casa que aburría a los invitados a tal punto que se retiraban rápidamente.

Es cierto que este evento tenía un condimento especial y los empresarios pudieron escuchar a quien será el próximo presidente de la Argentina. Sergio Massa, Mauricio Macri, Daniel Scioli y Margarita Stolbizer, en ese orden de mérito del aplausómetro, presentaron sus propuestas. Pero el cambio fue en las formas y en estilo, con más de mil empresarios de primera línea que concurrieron. A eso se debe sumar la excelente organización a través de la consultora Salen Viale.

Este IDEA 2015 tuvo paneles novedosos, como el de los deportistas: “Del talento individual al logro colectivo”. La leona Vanina Oneto, el vicepresidente del Inter de Milán, Javier Zanetti y el ex Pumas Marcelo Loffreda, en la cena del miércoles demostraron, cada uno con sus experiencias, por qué el deporte es una de las disciplinas más importantes de la vida. Con sus vivencias sacaron los mayores aplausos de los empresarios.

En la presentación del ex CEO de Shell, Juan José Aranguren: “La imagen y el rol del empresario”, el ministeriable de Cambiemos diferenció a los buenos de los malos empresarios y señaló al papa Francisco como la figura en el mundo a la que hay que seguir. El comentario de la ex senadora María Eugenia Estenssoro erizó la piel del empresariado en una experiencia novedosa, donde enseñó a meditar. “Tal vez si algunos de ustedes lo hubieran acompañado y defendido, la historia hubiera sido otra”, dijo y los empresarios tuvieron que aplaudir en panel. “La trampa de la lucha de egos”, “Yo respeto a las personas como [Juan José] Aranguren y creo en la importancia de los empresarios que alzan la voz y defienden valores éticos y morales; muy pocos lo acompañaron en su momento, pero ahora, cuando llega el fin de ciclo, lo invitan”, señaló. Luego Estenssoro recibió uno de los mayores aplausos de todas las jornadas.

A su vez, el empresario Fernando Cinalli, que moderaba el panel, manifestó: “Todavía me pregunto qué hubiera pasado si los empresarios no hubiésemos manifestado nuestro derecho a expresarnos”. En el panel “La visión de los gobernadores electos” descolló el salteño Juan Manuel Urtubey, quien volvió a repetir: “Es urgente que Argentina arregle con los fondos buitre”, una postura que incomoda al Gobierno, pero no tanto a Daniel Scioli.

En el panel de los economistas: “Economía, propuestas por hacer”, tanto Miguel Kiguel como Eduardo LevyYeyati no sembraron el pánico entre los presentes sobre el estado de la economía argentina, pero coincidieron en que el próximo Gobierno tendrá pocas reservas internacionales y habrá que acudir a los organismos financieros internacionales. El inicio de una autocrítica después de una década de un silencio cómplice con el Gobierno y de tediosas, aburridas y largas exposiciones es una de las conclusiones a las que se puede llegar.

En los últimos años el evento se había tornado hasta aburrido, no sólo por la falta de información y por el silencio de los empresarios que venía desde el 2005, sino también por lo adormecedores que resultaban los paneles y algunos expositores. En ese entonces no solamente Néstor Kirchner retó a los supermercadistas Alfredo Coto y Horst Paulmann, sino que Roberto Lavagna en la última jornada se despedía como ministro de Economía, luego de que Kirchner le pidiera la renuncia y nunca más un funcionario del Gobierno apareció por los salones del Hotel Sheraton de Mar del Plata. Sólo Daniel Scioli como gobernador de la provincia de Buenos Aires asistió en los últimos ocho años.

Pero la novedad promisoria de este año, que pocos destacaron, es que por primera vez después de nueve años un ministro del Gobierno se hizo presente. Lino Barañao, el titular de Ciencia y Técnica, abogó por hacer compatible la relación entre el mundo empresarial y los científicos en el panel “El empleo hoy y en el futuro”.

Los empresarios solicitaron eliminar impuestos distorsivos, aplicar reglas de juego claras y una reforma impositiva. Criticaron la corrupción, pero lo importante es que lograron que el evento se vuelva a posicionar como el gran acontecimiento empresarial del año, tal como ocurría antes del 2005, cuando el Gobierno de Néstor Kirchner decidió boicotearlo al prohibirles a sus funcionarios que participaran del evento.