Por: Darío Epstein
Tesla es el fabricante de automóviles eléctricos más exitoso de la historia, y eso que la historia tiene experiencias que no prosperaron en materia de autos eléctricos que remontan a los años 80´s. No es una tecnología nueva, pero Tesla supo reinventarla y popularizarla. Sus plantas están colmadas en su capacidad. La demanda de China se acrecienta. Y ya se están peleando diversos estados de EE.UU. para que radique una planta de 1.6 mil millones de dólares de inversión para fabricar las baterías que va a necesitar para su expansión futura, financiada con la emisión de obligaciones negociables convertibles en acciones.
Pero la acción, lejos de caer ante el anuncio de dilución, no hizo más que aumentar su valor. Luego de los buenos resultados corporativos del último trimestre cerrado en diciembre 2013, las perspectivas para este año apuntan a que esa tendencia continúe. Las proyecciones favorables se basan en el desarrollo de estaciones de carga para los vehículos Tesla (Supercharger) y en la prestación de servicios a lo largo de EE.UU. Además, hay un potencial de expansión aún mayor en Europa y Asia, donde la empresa espera que las ventas de sus vehículos sea el doble que las registradas en EE.UU. para fines de este año.
China apunta a ser una de las claves del futuro de Tesla luego de una discreta apertura de una concesionaria en Beijing. Si bien la empresa no quiere revelar el número de órdenes en ese país, se estima que la demanda es fuerte y sería poco probable que pueda cumplir con todos los pedidos. A medida que avanza la demanda, también deberá desarrollar una red de Supercharger en ese país. Por otra parte, si las promesas de la producción de baterías a bajo costo y el lanzamiento de un nuevo modelo se convierten en realidad, este podría convertirse en un mejor año para Tesla. El modelo X SUV saldrá a la venta a principios del próximo año, pero la empresa empezó a captar algo de atención, por lo que se estima que la demanda será muy alta.
Asimismo, la empresa requiere de una mayor oferta de celdas de iones de litio, por lo que anunció su plan para construir de una gran planta productora que demandaría una inversión de 5 billones de dólares. Esto le permitiría obtener una importante reducción de costos en la producción de baterías, así como también obtener un mayor rendimiento de las mismas ante el desarrollo de nuevas tecnologías. Panasonic (6752 JP), que hoy por hoy es el mayor proveedor de las celdas de baterías de litio de Tesla, podría participar en el desarrollo de esta planta, aunque este dato no está confirmado.
Esta semana, el sondeo de la industria automotriz de Consumer Reports, que considera cuestiones de calidad, fiabilidad y satisfacción del consumidor, ubicó a su modelo S Sedán en el tope del ranking de vehículos, obteniendo un puntaje casi perfecto. Esto por supuesto fue una grata noticia para los accionistas de Tesla, que volvieron a registrar importantes subas. En tanto, a medida que Tesla ha ganado popularidad, otras firmas de gran tradición en la industria han perdido algo de su prestigio de acuerdo con la encuesta. Ford (F) tuvo su peor ubicación en el ranking desde que Alan Mulally se convirtiera en el CEO de la empresa en 2006. Esta baja en el ranking tiene que ver con las dificultades que tuvo con sus sistemas Ford Sync y MyFord Touch. Con un puntaje de 50 puntos, Ford se ubicó como la segunda peor marca.
Cabe señalar que, si bien los fabricantes de automóviles japoneses han tenido históricamente varios modelos dentro los primeros puestos del ranking de Consumer Reports, este año sólo en cinco de las 10 categorías relevadas aparecen autos de fabricantes japoneses. Teniendo en cuenta cuestiones relacionadas a la calidad, desde Consumer Reports han señalado que se están viendo mejores productos en otras regiones del mundo.
En un proceso de franca expansión, Tesla tiene la expectativa de vender alrededor de 35.000 unidades de su modelo S en 2014. El CEO de la empresa tiene previsto viajar a China para entregar el primer modelo S en ese país. Ante el fuerte avance de las cotizaciones de TSLA, la compañía se ha vuelto comparativamente más cara según sus ratios. Por ejemplo, el ratio Price-to-Earnings (PE) de la ganancia proyectada se ubica en torno a las 116 veces, mostrándose muy por encima de otras compañías del sector como es el caso de Ford, que cotiza a 10,5 veces sus ganancias proyectadas, o Toyota cuyo ratio PE se ubica en 14,3 veces las ganancias esperadas. El sector en promedio tiene un PE de 9,4 veces las ganancias proyectadas.
Por otro lado, si miramos el ratio entre el precio y las ventas de los últimos 12 meses, Tesla cotiza a 7,9 veces las ventas del año, mientras que para el promedio del sector dicho ratio es de 0,4 veces. A pesar que el sector muestra un dividend yield considerable (2,4%), Tesla no adoptó aún una política de reparto de utilidades, aunque quizá en un futuro próximo lo haga.
Lo antes expuesto podría marcar un quiebre dentro de una industria clave para EEUU, donde Tesla podría representar un cambio de paradigma y lograr imponerse en una nueva forma de producción de automóviles asociada a las altas tecnologías. La compañía agrupa la tradición de la empresa automotriz y con la innovación del negocio tecnológico, lo que la convierte en una firma atractiva y con gran potencial, y eso explica en gran parte el buen desempeño que viene mostrando. A pesar de mostrarse relativamente cara en relación a sus comprables, el potencial de la compañía todavía no alcanzó su máximo desarrollo por lo que se convierte en una apuesta interesante de cara al futuro.