Por: Diego Rojas
Para Vladimir Ulianov Lenin, el socialismo en Rusia, luego de la revolución bolchevique, podía condensarse en la fórmula: “Electricidad + soviets”. Es decir, la planificación de la economía que indujera al desarrollo de la nación con un sistema político adecuado al programa para establecer un país dirigido por obreros y campesinos. Para el líder revolucionario, la electricidad era la clave de ese desarrollo económico. La fórmula fue enunciada en 1917, hace casi un siglo -tan sólo faltan tres años-. Luego de diez años de gobierno kirchnerista -gran parte de ellos sostenidos al son de inmejorables condiciones económicas mundiales para la Argentina- el país vive una crisis energética de magnitud insospechada. En medio de un verano de temperaturas intolerables, existen hogares en la ciudad de Buenos Aires -y otros puntos del país- que se encuentran sin luz desde hace diez días. Si para empresarios y amigos del poder ésta fue una década ganada, es posible afirmar que muchos otros la definen por estos días -atravesados a la luz de las velas, realizando cacerolazos en las esquinas, echando a perder comestibles en las heladeras hogareñas y en los negocios, pasando la navidad a oscuras- como la “década apagada”.
La crisis energética no es un rayo en cielo sereno. Por el contrario, revela la continuidad entre las políticas iniciadas durante el menemismo con las del poder K -que suele repudiarlas en sus discursos, a pesar de ser socio político del ex presidente Carlos Saúl Menem-. El festival de exacción de recursos que significó la privatización de empresas estratégicas -como las de electricidad- durante el menemato se caracterizó por la falta de inversiones en infraestructura por parte de sus beneficiarios. Esta característica no se modificó desde la llegada de los Kirchner al poder. La pesificación de las tarifas que comenzó durante la era Duhalde fue profundizada por el kirchnerismo, que le agregó -desde el Ministerio de Planificación Federal, conducido por el decano de los ministros Julio de Vido- un desparramo de subsidios a las empresas sin exigirles, como durante el menemismo, inversiones. El proceso de vaciamiento de las empresas de energía fue constante y la impostada respuesta que el gobierno esgrimió sólo significó la entrega de recursos a nuevos amos extranjeros y la premiación de los antiguos vaciadores. Como muestra, basta mencionar la reestatización parcial de YPF, que devino en la cesión de ingentes zonas de explotación a Chevron bajo acuerdos secretos, a la vez que en la indemnización de los vaciadores de Repsol por miles de millones de dólares. El kirchnerismo, en materia energética, es menemismo por otros medios.
Si T.S. Elliot hubiera escrito “La tierra baldía” en la Argentina, seguro el poema diría: “Diciembre es el mes más cruel”. El fin de este mes y de este año encuentra zonas enteras de la ciudad de Buenos Aires a oscuras, así como a otros lugares del país. Todo en medio de una ola de calor que llegó a producir alertas rojas climatológicas en varios sitios de la nación -en Santiago del Estero se registraron 47 grados centígrados de calor-. Densas zonas se descubrieron ausentes de luz -es decir, de energía eléctrica y, por lo tanto, muchas veces de agua-. Los piquetes regresaron a las calles porteñas, protagonizados por vecinos de varias clases sociales que sufrían en carne propia las consecuencias de la desidia empresarial y gubernamental. Sin embargo, funcionarios del gobierno señalaron que la crisis se debía al éxito del modelo, que producía mayor consumo eléctrico. La agencia nacional de noticias Télam resaltaba el récord de tal consumo, las empresas negaban la crisis. Mientras tanto, en un piquete realizado en Flores, un miembro de la Policía Federal asesinaba a un manifestante de un disparo con arma de fuego. El cabo Nicolás Encinas está alojado en la Comisaría 38, de Esteban Bonorino 258. Mató a Ángel Duarte, de 40 años, que sólo reclamaba luz.
¿Hay solución a la crisis? Si el oficialismo celebró la demanda energética y minimizó los apagones, la oposición tradicional sólo se ocupó de pedir que las empresas informaran. En cambio, el Frente de Izquierda, a través de su legislador porteño Marcelo Ramal presentó un proyecto concreto para acabar con la situación mediante una declaración de Emergencia Eléctrica que implica una serie de medidas de acción inmediatas. Los trotskistas del Frente de Izquierda -que plantean la nacionalización de los recursos energéticos- proponen la implementación de un Comité de Emergencia Energética integrado por miembros de cada bloque legislativo, integrantes de las comunas y barrios afectados, representantes de los trabajadores de la energía y académicos de la universidad de Ingeniería. Señalan que debe relevarse la situación de la energía en toda la ciudad, a la vez que el Comité debería tener capacidad de pedir información a las distribuidoras de energía. Indica que deben conformarse de inmediato 60 cuadrillas de emergencia a razón de cuatro por comuna porteña que se deben dedicar a reparar todo desperfecto que afecte la luz de los vecinos. Consideran que deben ponerse a disposición de los afectados por los cortes 1500 generadores de energía, a razón de 100 por comuna. Todo esto, plantea el proyecto de Ramal, debería ser financiado con un impuesto especial del 3 por ciento a las ganancias de los Casinos y máquinas de juego en la ciudad. Una propuesta concreta para salir de inmediato del colapso. El Frente de Izquierda propone que el proyecto se trate este jueves o viernes en sesión especial de la Legislatura.
¿Cómo reaccionarán los bloques oficialistas y opositores en la ciudad ante el proyecto? Se sabe que el PRO y los K han implementado el macristinismo para guardar sus espaldas respectivamente y que al fin de cuentas hasta los socialistas de Santa Fe rinden tributo a Cristóbal López y sus maquinitas del dinero. Es la oportunidad para darle curso a un plan concreto para acabar ya con la crisis.
No debería dejar de hacer notar que ya existen voces que plantean otra salida al colapso, por vía del tarifazo que, según dicen, resulta necesario para que se implementen las inversiones que requiere esta crisis energética. Una salida que va en el sentido del ajuste prometido por el gobierno, que acompaña la inflación, y que sería coherente con este final que atraviesa el kirchnerismo. No por nada uno de sus humoristas insignes publicó en el pasquín oficial Página 12 una viñeta que da cuenta de todo el derrumbe moral e intelectual del kirchnerismo. Daniel Paz, en su página del suplemento Radar, culpa a los usuarios por los cortes ya que habrían gozado de bajas tarifas eléctricas todos estos años. Uno de los modos vergonzantes del humor político que sólo refleja que hay quienes plantean ya un tarifazo. El uso en este sentido de la “creatividad” sólo hace que regrese a la memoria el acertado apotegma que dice: “El kirchnerismo no te mata, pero te deja pelotudo para siempre”. Una frase que retrata un ciclo, que termina.