Por: Eliana Scialabba
De cara a las elecciones presidenciales de este año, el kirchnerismo seguirá empeñado en mostrar números favorables del desempeño económico, con el fin de apuntalar al candidato elegido. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, las cifras no acompañan: claro ejemplo de esto es el poder de compra de los salarios.
Según guarismos oficiales, en el primer mes del año los salarios nominales promedio de la economía se expandieron un 1,96% respecto a diciembre de 2014, o un 32,7% si se comparan con los de enero del año previo, mientras que los precios avanzaron un 2,1% mensual, o un 35,1% interanual. En tanto, 2014 “cerró” con una suba nominal promedio de salarios del 31,4% frente a una inflación que finalizó el año en torno al 38,5%.
Realizando un ejercicio sencillo, si se considera el incremento de precios del mes de enero se observa que el poder de compra de los ingresos promedio de los hogares se contrajo un 0,9% respecto al mismo mes del año anterior, acumulando quince meses consecutivos en los que la inflación le ganó a los salarios. De esta forma, la moderación de la suba de precios del primer mes del año respecto a los meses previos dio lugar a que la contracción real de los ingresos no sea tan marcada como en períodos anteriores, ya que durante 2014 la caída promedio fue del 4,1%.
Analizando al interior de los ingresos de los trabajadores por sector empleador, se verifica que los salarios de los trabajadores “en negro” son los que más se incrementaron para el INDEC (+41,1% en la comparación interanual, y 3,3% respecto a diciembre), mientras que los empleados públicos percibieron una mejora del 34,1% respecto a enero de 2014 y de 2,5% frente al mes anterior. Por último, los trabajadores privados registrados fueron los que menor aumento de sus ingresos obtuvieron: 31,5% interanual y 1,2% mensual.
Con estas cifras y continuando con el ejercicio anterior, en el mes de enero los únicos que obtuvieron una mejora de su poder de compra fueron los empleados informales: sus salarios reales aumentaron un 4,4%, mientras que en promedio “ganaron” 0,3% durante 2014. En tanto, los trabajadores del sector público durante el primer mes del año perdieron sólo un 0,8% de ingreso real frente a la caída promedio de 3,4% del año pasado. Para finalizar, los trabajadores formales fueron los más afectados, ya que el poder de compra de sus salarios cayó un 2,7% en enero, frente a la contracción promedio de 5,8% de 2014.
Aunque las presiones inflacionarias se encuentren contenidas debido a las anclas nominales de fijación de precios de servicios públicos y el atraso cambiario, y la caída del nivel de actividad, las subas nominales de salarios – con mucho esfuerzo – podrán “empatar” a la inflación. Si bien en un escenario de inflación “contenida” el poder de compra moderaría su contracción frente a las cifras del año pasado, las subas salariales no compensarán lo perdido durante los últimos meses, por lo que el consumo no podrá repuntar a los niveles de los años anteriores.
Por lo tanto, por más que desde el gobierno se esfuercen en controlar variables nominales, los precios continuarán su dinámica alcista explicado por el abultado déficit fiscal financiado con emisión monetaria, en un contexto en el que la caída de salarios reales reduce la demanda de dinero de los agentes, potenciando aún más la suba del nivel de precios.
En ese contexto, a pesar de los incrementos nominales de los salarios, las cifras exhiben una dinámica a la que los argentinos estamos acostumbrados a enfrentarnos en épocas de alta inflación, en la que los salarios van por la escalera y los precios por el ascensor. De esta forma, por más que los sindicatos se esfuercen en negociar recomposiciones salariales, sin un plan antiinflacionario integral, estas mejoras nominales se “evaporan” en pocos meses, y sólo retroalimentan el incremento del nivel de precios de la economía.