Por: Eliana Scialabba
Las últimas semanas no han sido fáciles para el equipo económico a cargo del Banco Central (BCRA). La falta de oferta de divisas propia de esta época del año y el avance de la demanda han generado una fuerte presión sobre la cotización del dólar, que esta semana llegó a romper la barrera de los 16 pesos.
¿Qué explicó, en parte, esta suba? La menor tasa de interés, ubicada por debajo de la tasa de inflación esperada luego de las sucesivas bajas llevadas a cabo por la autoridad monetaria, volvió a despertar el apetito por el dólar, que parecía controlado durante las primeras semanas pos-cepo, cuando las tasas reales eran positivas: el BCRA pecó de optimista y bajó la tasa muy rápido.
Durante las primeras jornadas de avance del dólar, para evitar que la suba del dólar siga “fogoneando” la inflación y con el objetivo de contener una corrida especulativa, el BCRA intervino en el mercado de divisas, con poco éxito.
Recién después de que el martes, en la licitación de Lebac, subiera la tasa de corto plazo (35 días) seis puntos, hasta llegar a 37% y generar un overshooting de tasa de interés, la cotización de la divisa norteamericana comenzó a ceder, reabrió la puja entre el dólar y las tasas, la cual desde hace más de un mes se había definido a favor de las posiciones en divisas por la tendencia a la baja de los rendimientos en pesos en un contexto de aceleración de la inflación local.
La suba de la tasa de interés del martes quitó presión a la cotización del dólar, en un contexto en el que las reservas aún están bajas y está pendiente la apertura de la cuenta capital (entrada de capitales vía inversión extranjera directa y endeudamiento) y el comienzo de la temporada de ingreso de dólares comerciales.
La cuenta es simple: a 35 días, mientras el dólar se ubique por debajo de 16,46 pesos, es más rentable apostar al peso que al dólar. Y el plazo coincide con la primera semana de abril, época en la que comienza a incrementarse la oferta de dólares comerciales por la nueva cosecha de soja.
El resultado de los primeros días de esta medida parece indicar que, al menos en el corto plazo, el mercado apostará al peso, luego de que la cotización de la divisa cediera de manera consecutiva sin intervención en las jornadas posteriores a la suba de la tasa. Y el BCRA muestra que está dispuesto a anclar las expectativas, “poniendo” la tasa de interés al nivel que sea necesario.