Por: Jorge Rizzo
Decir que Carlos Fayt es una luminaria viva del Derecho es una verdad de Perogrullo, una redundancia.
Por eso me siento totalmente honrado por el hecho de que el Decano de la Corte Suprema de Justicia de la Nación me haya designado como su abogado, que creo es el máximo honor al que en nuestra profesión se podía aspirar.
En ese orden de ideas nos tocó tener que salir a enfrentar las injustas acusaciones que arreciaron en los últimos días contra Fayt. Debíamos revertir toda una operación política y mediática que lo denostaba y que trataba de colocarlo en una posición disvaliosa de cara a la sociedad, montaje cuyo punto de partida fue una editorial firmada por Horacio Verbitsky en Página 12.
Fue así que en un primer momento debimos salir a aclarar que se encontraba bien, lúcido y que no pensaba renunciar. Los sectores “acusadores” (con los medios ideológicamente vinculados al Gobierno) nos azuzaban preguntando: ¿Por qué no habla Fayt y lo hace por su abogado?
Ante esa acusación, hicimos la nota en “Gente de Derecho” por Radio América, en la que Fayt ratificó todas y cada una de las palabras que manifestamos y que fuera la tapa de todos los diarios argentinos del domingo 10 de mayo. Tampoco alcanzó. Desde tonterías de edición, como que debimos haber filmado, y muchas más cosas se dijeron desde el oficialismo nacional tratando de desvirtuar un enorme hecho periodístico.
Se dijo que Fayt hacía años que no tenía disidencias en sus votos con Ricardo Lorenzetti, omitiéndose muchas de ellas, siendo las más sonadas los fallos “Ley de Medios” y “Chevron” en donde los votos de ambos son diametralmente opuestos.
Finalmente, el Dr. Fayt concurrió ya un par de veces a Tribunales, “su lugar desde 1983″, a cumplir con la probidad habitual su función de Ministro de la Corte como siempre, con independencia y libertad.
Paralelamente se produjo la bochornosa sesión y consecuente resolución de la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, con una serie de aberraciones jurídicas como citar a nuestra producción a declarar ante ellos, pedir un psicofísico para Fayt, convocar a un perito calígrafo, a Verbitsky, al chofer del veterano juez, a sus secretarios letrados, etc.
Así fue pues que debimos aclararle a la argentinidad que lo resuelto por la comisión era absolutamente antijurídico. Que dicho mecanismo sólo se pone en marcha en el marco de un juicio político y, no es el caso. De hecho, no existe ninguna sentencia que provenga del Dr. Fayt que esté cuestionada.
Ahora, el tiempo empieza a darnos otra vez la razón a partir del mismísimo Página 12, en donde el propio Horacio Verbitsky ratifica lo que dijimos, y que se amplía de manera exponencial en la nota del martes 18 firmada por Mempo Giardinelli en donde, sin nombrarme, se me da toda la razón pero fundada en los dichos del “Oráculo de Delfos”. Otra vez “quien tiró la primera piedra” es el primero en abandonar el barco.
Creemos que la operación ha sido desmontada y ha quedado de cara a toda la sociedad, incluida la ignorancia consciente o inconsciente de los miembros oficialistas de la Comisión y su intencionalidad en recurrir en un error, léase necedad.
Que quede claro, insistimos, que el Dr. Fayt no se someterá al escarnio de algún examen psicofísico, ni mis productores concurrirán si llegare la citación. No es rebeldía, no es desacato ni sedición, sólo es el cumplimiento estricto de la cláusula pétrea del artículo 19 de la Constitución Nacional Argentina que reza: “…Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”.
Carlos Fayt goza de lucidez y buena salud, seguirá en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, tal cual manifestó, mientras esto continúe así o Dios disponga lo contrario.