Por: José Luis Orihuela
Con motivo de la celebración del Día Mundial contra la Censura en Internet, la organización Reporteros Sin Fronteras divulgó ayer su informe anual Enemigos de internet (PDF).
Seguramente para simplificar la cobertura periodística de un problema muy complejo y extendido, la estrategia de RSF ha sido la de destacar a cinco países (Baréin, China, Irán, Siria y Vietnam) y a cinco empresas (Amesys, Blue Coat, Gamma, Hacking Team y Trovicor), aunque como bien recuerda Manuel Almeida en su blog: Los enemigos de Internet son más de 5… y de 10.
Aunque la red internet fue diseñada con una arquitectura de nodos redundantes para garantizar el flujo de datos de manera descentralizada y neutral, toda su historia es también la historia de los intentos por controlarla.
Hoy, la batalla por la neutralidad de la red no conoce fronteras pues está amenazada en todos los países y directamente pisoteada en muchos más que cinco.
Uno de los debates abiertos más importantes de nuestro tiempo es el referido a la gobernanza de internet y al papel de los ciudadanos digitales en ella, frente a los intentos de control tanto gubernamentales como corporativos.
Como advierte Rebecca MacKinnon en el imprescindible No sin nuestro consentimiento. La lucha mundial por la libertad en internet (Deusto, Barcelona, 2012): “cuando el futuro de Internet se mira a través de la perspectiva de los derechos humanos y la justicia social en lugar de bajo la perspectiva comercial o de la seguridad nacional, pueden aparecer grandes desacuerdos”.
El “consentimiento de los que están en la red” es clave en cualquier acuerdo futuro acerca de su gobernanza, por eso hay que seguir este debate y no ceder ante los atropellos a la libertad de los ciudadanos digitales.