Por: José Luis Orihuela
Mi colega Alejandro Pardo ya lo ha bautizado como “El Manifiesto Netflix“, y lo cierto es que el documento de prospectiva publicado hace unos días en la sección de relaciones con los inversores del sitio web de la empresa, aporta pistas acerca del futuro de la televisión, aplicables a otros sectores.
Aunque se trate de un pronóstico interesado, hay que reconocer que Netflix (un servicio de pago de televisión a la carta distribuido por internet), ya se ha convertido en uno de los grandes del mercado de la televisión en los Estados Unidos y que su expansión a otros 43 países revela su voluntad de proyección global. En este sentido, indudablemente tiene relevancia la visión de futuro del sector que Netflix ha compartido con sus accionistas.
La previsión central del documento es la paulatina sustitución de la distribución lineal de televisión por la televisión vía internet, el desarrollo de los mercados de aplicaciones que remplazarán a los canales y la desaparición del mando a distancia en beneficio de sistemas de interacción más inteligentes, sociales y personalizados.
Algunas de las claves de la estrategia de Netflix pueden servir de referencia en otros sectores que, al igual que el televisivo, enfrentan la necesidad de reinventar sus modelos de producto y de negocio para sobrevivir:
- En un tipo de contenido (películas y shows clásicos)
- En la gestión del servicio (altas y bajas de suscriptores, facturación y atención al cliente)
- Tarifa (ajustada, única y plana)
- Catálogo (selectivo, protegido con altas inversiones en licencias y en producción original)
- Innovación para la mejora tecnológica del servicio (calidad de audio y vídeo, aplicaciones, sitio web y personalización de la oferta mediante algoritmos)
A diferencia de otros medios que se empeñan en definirse en función de un soporte, Netflix ha entendido que su negocio es un servicio: la distribución multi plataforma y personalizada de contenido audiovisual de entretenimiento.