Por: Luis Gasulla
Durante el último fin de semana se difundió un extenso spot de ¿campaña? durante los entretiempos de los partidos de fútbol del torneo “Nietos recuperados” en el que actores, militantes, cantantes y referentes de organismos de derechos humanos cantaban una canción basada en el discurso inaugural de la presidencia de Néstor Kirchner, el 25 de mayo del 2003.
Ese domingo, en la última emisión del programa televisivo de Jorge Lanata, Periodismo para Todos, dije que el programa de viviendas e inclusión social creado por la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sueños Compartidos, fue una metáfora del kirchnerismo.
Los tiempos en televisión son cortos. Por eso la frase merece una explicación mucho más profunda. He aquí una posible conclusión luego de la década “ganada” y los festejos de los protagonistas de “Vengo a proponerles un sueño”.
Sueños Compartidos, programa de viviendas de una Fundación que era la pantalla de un gobierno, expresó los sueños, realidades y pesadillas en que se terminó transformando eso que conocemos kirchnerismo para millones de argentinos. Nació como una propuesta revolucionaria, pateó el tablero, se llenó la boca hablando de revolución, cambio y democracia, y terminó reivindicando a una miserable victoria electoral de un gobernador feudal en los pueblos originarios cuyos integrantes son perseguidos.
Sueños Compartidos, esa gran idea que incluía a mujeres, personas mayores y jóvenes que nunca habían trabajo en relación de dependencia y en blanco, siete años después de su nacimiento, deambula en la indiferencia.
Miles de trabajadores quedaron en las calles, cientos de familias no obtuvieron sus prometidas viviendas, los intendentes y gobernadores que lucraron con el programa jamás dieron explicaciones ante la justicia y los responsables políticos y corruptos están impunes.
Sueños Compartidos desvió fondos que estaban destinados a la construcción de viviendas hacia el financiamiento de campañas políticas, actos de gobierno, caprichos de su Presidenta, ostentación y lujos de algunos de sus integrantes, afiches para promocionar la pelea de un reconocido boxeador amigo de Guillermo Moreno, publicidad en la consultora predilecta de la Presidenta y corrupción. Como parte de la obra pública, en el sueño compartido también hubo tasa de retorno.
Corrupción, clientelismo, financiamiento espurio de la política, obra pública inconclusa, impunidad y la perversa utilización de los derechos humanos. Esta década será tristemente recordada por la división social, los aprietes, la doble moral, los punteros y los kioscos. 10 años de un sueño que Néstor Kirchner dijo que venía a proponer con la misma sinceridad con la que dijo que los evasores tendrían traje a rayas.