Por: Mariano Carpineti
El martes a la tarde el Gobierno Nacional realizó la ampliación del Bonar 24. En el Ministerio de Economía todo era risas y buen humor ya que el Gobierno buscaba 500 millones de dólares y terminó tomando 1.451 millones de dólares, el triple de lo que había planeado. Las ofertas realizadas totalizaron 1.878,7 millones de dólares, dijo el ministro.
El Bonar 24 es un título en dólares bajo legislación del país, a una tasa de 8,95%. El pago del primal será en mayo de 2024, con amortización en 6 cuotas anuales y consecutivas desde mayo de 2019, siendo las primeras 5 cuotas del 16,66% y la última del 16,7 por ciento.
Todo parecía felicidad, pero se vió otra vez opacada por la reciente decisión del juez Thomas Griesa de autorizar a los holdouts a pedir información sobre la colocación realizada por la Argentina. Al parecer, la idea del Juez es la de identificar quiénes son los compradores de estos Bonos y sancionarlos dentro del marco del juicio que los holdouts tienen con la República Argentina. Según información con la que cuenta al Juez Thomas Griesa los principales compradores de los bonos fueron el Deutsche Bank, el BBVA y empresas multinacionales de seguros y algunas mutuales norteamericanas que también habrían participado de la operación.
Ante la posibilidad de un embargo, los mercados reaccionaron negativamente y operaron a la baja. Los inversores pagaron el Bonar 24 en 103 el día martes para luego tocar un máximo de 105 y cerrar en 104. A pesar de la baja del mercado, la caída que se registró es leve como consecuencia que el mercado tomó con cierto optimismo que el país pueda:
- endeudarse en el exterior a una tasa razonable pero no óptima
- la entrada de divisas aseguraría a priori, el pago de otros bonos como el Boden 15.
En efecto, el Boden 15 y también el Bonar 17, se beneficiaron con la colocación; pero ambos títulos no pudieron escapar a un mercado deprimido y ambos cerraron en U$S 98,75 para el Boden 2015 y un rendimiento del 11% y el Bonar 17 bajó a U$S 96,55 y un rendimiento del 9%.
El efecto negativo que los mercados perciben es la posibilidad que el Juez pueda embargar las divisas obtenidas por la colocación del Bonar 24 y que esto selle, definitivamente, cualquier colocación externa que el país pueda o quiera realizar. Ante esto, el Ministerio de Economía dijo que los fondos obtenidos del Bonar 24 no son plausibles de embargo ya que los mismos fueron emitidos bajo legislación Argentina y que el Ministerio de Economía no fue asesorado por ninguna entidad bancaria, por lo que la colocación es legal y el juez no podría bajo ningún punto de vista tocar las divisas obtenidas.
Ante esto, y en un escenario con una economía altamente dependiente de la divisa americana, es de esperar que un embargo del Juez Griesa de los fondos complicara la coyuntura nacional de cara al último año de este mandato. De hecho, en los últimos días se conoció que se incrementaron las restricciones para la compra de dólares por parte de los turistas y para el ahorro. Esto es evidencia más que suficiente que la economía Argentina necesita dólares con rapidez y la imposibilidad de colocar deuda en el extranjero no hace más que restringir la oferta de dólares y como consecuencia de esto, un aumento en la presión sobre el tipo de cambio.
En el mismo sentido, muchos inversores se preguntan si es conveniente arreglar con los holdouts o no. Si bien la tasa obtenida, cercana al 9 % es baja, en comparación con la tasa previa al conflicto con Griesa, de solucionar el juicio, se podría obtener tasas mucho más bajas a la actual. Cabe recordar que países como Bolivia y El Salvador han obtenido tasas cercanas al 5 por ciento. Este escenario es totalmente posible, en un mundo altamente líquido gracias a las bajísimas tasas de interés internacionales y como resultado, los inversores internacionales están a la búsqueda de una mayor rentabilidad en países emergentes.
Como conclusión, podemos decir, que si bien la colocación realizada por el Gobierno es un triunfo para la menguada economía nacional, resta observar, antes de festejar, si realmente se puede evitar el “efecto Griesa” y si es beneficioso para el país colocar deuda a tasas relativamente altas, para países de la región, con la finalidad de conseguir dólares a cualquier precio.