Por: Mundo Asís
LÍCITO AUTOBOMBO: Ante la nueva edición de La marroquinería política.
escribe Jorge Asís
Parroquiales. La marroquinería política apareció en 2006.
Cuando Néstor Kirchner, El Furia, se encontraba en la plenitud de la hegemonía.
En 2005 le había perforado la provincia (inviable) de Buenos Aires a Eduardo Duhalde, El Piloto de Tormentas (generadas). Se disponía a santacrucificar la nación (se lo impediría el Padre Piña, en Misiones, autorizado por el cardenal Bergoglio).
Kirchner construyó la base de poder incuestionable a través del trípode que le garantizaba el dominio de la situación.
Con El Furia en el gobierno (que en Argentina siempre fue también el Estado). Con Hugo Moyano, El Charol, en la CGT, que representaba el trabajo, o la parálisis del mismo. Y con Héctor Magnetto, El Beto, o sea el Grupo Clarín. La complacencia en materia de comunicación.
En Marroquinería ya desfilaban las valijas con dinero. Comenzaba a hablarse de los créditos del Portal. Con el tiempo, se consagrarían.
Como Lázaro Báez, El Resucitado, o el emblemático Cristóbal. Con El Club de los 500, Ferreira y Electroingeniería, Con La Banda del IDUV, que dirigía De Vido, El Julito. Y con otro titán, José López, El Neolopecito, que aún aguarda la merecida centralidad de algunos focos.
Téngase en cuenta que Marroquinería, de inmediato -para la austeridad del conjunto-, fue un éxito. Gracias a la desmesura del kirchnerismo, el autor volvía a ser best seller. Hubo una charla en un hotel céntrico que congregó más de 1.500 personas, y otras tanto no pudieron acceder. Desde los esporádicos focos de resistencia, lo invitaban al autor a disertar. En una emotiva peña de peronistas, entrañablemente nostálgicos, calificaron el suceso de Marroquinería como un hecho político.
Sin forzada modestia, más que a la intensidad del libro, atribuyo la repercusión de Marroquinería a las carencias informativas que abundaban. A la complacencia cómplice de los grandes medios de comunicación, que aún no se ocupaban de los “desastres seriales del gobierno trivial”, que indicaba el subtítulo. Pero que se reflejaban en determinados portales colegas de internet, situados en la lógica vanguardia. Y, con logros relativos, en el semanario Noticias.
Recuperaciones y caídas
La historia personal-editorial, con el kirchnerismo, pudo inspirar la tesis medular del Portal.
Infiere que el kirchner-cristinismo debe interpretarse a partir de sus recuperaciones. De sus caídas.
En 2007, estimulados por la suerte de Marroquinería, nos apuramos con Planeta en sacar el segundo libro. El descascaramiento (del Sistema Recaudatorio de Acumulación). Son también textos del Portal que no tuvieron, de ningún modo, la misma repercusión. Entonces Cristina, La Elegida, Nuestra César, hoy La Doctora, se encontraba en campaña presidencial. El autor mezclaba los vinos y aparecía, también, como candidato vicepresidencial.
Fue doblemente mal. Con la política y con la edición.
Si Marroquinería liquidó en poco tiempo cinco ediciones, Sistema Recaudatorio naufragaba en una primera edición.
Aparte, el kirchner-cristinismo se mostraba demasiado vigoroso. A pesar de algunas catástrofes que asomaban para proporcionarle mayor legitimidad a Marroquinería. El episodio de Antonini Wilson, con su valija colmada de billetes, que signó el epílogo de Claudio Uberti. Pero mostró los hilos de la relación prostibularia con Venezuela, que mantiene aún mucha carne pendiente de ser investigada.
Pero pronto el matrimonio se enredó en la fatídica pelea con “el campo”. Es la antesala, en el mismo 2008, de la Guerra-Divorcio entre el Gobierno de La Elegida, incentivada por su esposo, y uno de los pilares del trípode. El Grupo Clarín. Desde la impertinencia del Portal, se trató el divorcio con la miniserie “Guerra de Convalecientes”. Porque los dos jefes, severos insaciables, Kirchner y Magnetto, se encontraban enfermos pero no sólo de poder. Estaban estragados. Se insinuaba que Los Insaciables iban a arrojarse con sueros, camillas y aparatos, internados en la misma sala de terapia intensiva.
Hacia el Nacional B
2009. Con el kirchner cristinismo a los besos con la lona, impregnados del aroma falso de las calas políticas, aparece La elegida y el elegidor. Tercer tomo basado en los textos del Portal. Y aquí otra vez se acierta. Aunque en otros medios, cabe consignarlo, ya se contaba mucho más que en el tiempo de Marroquinería. Varios colegas, inicialmente cautivados, se abrían. ¿Para qué nombrarlos?
La elegida y el elegidor también despachó sus buenas ediciones. El autor se había convertido en un kirchnerólogo. Otra vez, en el mercado, se fortalecía. Experimentaba que interpretar, racionalizar, narrar la novela cotidiana del kirchner-cristinismo era un negocio apreciable. Para explicarlo por las provincias y los barrios, entre madre y novias.
Se llega al turno del cuarto texto. El Furia había sido testimonialmente derrotado en 2009. E irresponsablemente se había muerto en 2010. Es cuando el autor publica El kirchnerismo póstumo. Probablemente el libro mejor armado, y hasta el mejor pensado de los cuatro.
Pero La Doctora volvía a recuperarse. Desairaba con el 54%. Y envió al autor, abruptamente, a besar la lona.
El libro naufragó también en una primera edición. Asomaba la instancia del fracaso y el autor decidía no insistir con el quinto libro. Para colmo, una discutible decisión de la editorial envió los remanentes de los cuatro títulos a la mesa de saldos. Lo mandaron, al autor, al Nacional B.
Limitado, casi acotado, en adelante, a la obstinación de los suficientes post del portal. Enfrentado al diario escarnio de los cristinistas que solían burlarse. Porque los libros, casi en Primera C, se ofrecían a 15 o 20 pesos.
Generosidad para la revancha
Pero la Argentina suele ser siempre generosa para la revancha.
Mientras el cristinismo agudizó su macabro proceso de autodestrucción, y se destacaba por la alarmante mala praxis, comenzaron a estallar los desastres que se publicitaban. Hasta la definitiva instalación. Consecuencia de la Guerra-Divorcio que, en definitiva, lo favoreció al autor. Debe reconocerlo. Porque comenzaron a popularizarse aquellos aspectos que habían sido tratados, en el portal, varios años atrás. Se asistió a la sucesión inesperada de reconocimientos y valoraciones.
“Esto lo leí en el portal de Asís hace años”, dijo el comunicador Premium. Gran amigo.
Volvía la bocha favorable. Se rescataban los libros que ni siquiera en mesas de saldos podían encontrarse.
Hoy “Ediciones B” comienza a reeditarlos. En ediciones accesibles de bolsillo. El autor siente una reconfortante gratificación. Los textos marcan su vigencia. En algún momento, ambicionaron presentarse como “la novela cotidiana del kirchner-cristinismo”. Apretados, todos juntos, en una caja de color.
Significa confirmar que habrá, con seguridad, un quinto libro.
Pero duele, en definitiva, toparse con el cristinismo en la lona. Con el sujeto de la referencia en el piso. Aislado. Histérico e inofensivo. En estado casi caniche. En la instancia de la imposible recuperación. Aunque la Argentina sea tan generosa para la revancha. Siempre.
Jorge Asís