Política barata y zapatos de goma

Nicolás Tereschuk

Ante el fallo adverso para la Argentina y favorable a fondos buitre en la Corte Suprema de los Estados Unidos, distintos sectores que militan en la oposición (partidaria o bajo el rótulo de “economistas”) salieron a criticar actitudes o estrategias pasadas o presentes de los gobiernos kirchneristas en relación a la deuda pública.

Si el Gobierno actuó tan mal, de manera técnicamente tan errada, con presunta impericia, me pregunto por qué es entonces que:

  • No sólo el Ejecutivo, sino los tres poderes del Estado han dado señales de rechazar las posiciones de los fondos especulativos que se impusieron finalmente a la Argentina. El Gobierno llevó adelante sucesivos (y exitosos) canjes de deuda. El Congreso fijó en su momento la Ley Cerrojo y dispuso dos reaperturas de ese canje, incluso con apoyo opositor (votos de la Coalición Cívica, de la UCR y del PRO). La Corte Suprema rechazó en marzo pasado la posibilidad de aprobar y ejecutar una sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa, que había condenado a la Argentina a pagar 7,5 millones de dólares. El máximo tribunal argentino consideró que la pretensión desconocía el principio de inmunidad soberana del Estado argentino.

  • Los partidos políticos argentinos dieron señales de unidad en este sentido, no sólo en el Congreso, sino en el último viaje de legisladores oficialistas y opositores a Washington.

  • El Fondo Monetario Internacional dijo a través de una declaración pública que está “preocupado sobre posibles implicancias sistémicas más amplias” del fallo y que por el momento está “estudiando con mucho cuidado” la decisión del máximo tribunal norteamericano.

  • Una vez conocido el fallo, una multitud de expertos de las principales universidades norteamericanas dieron cuenta de que esta es una situación inédita, sin precedentes, sin “una sola” solución adecuada y con consecuencias que aún se desconocen para el resto del sistema financiero internacional. Por sólo mencionar algunos:

- Anna Gelpern, de la Universidad de Georgetown,  consideró en el respetado blog Credit Slips que el Mover a la papeleramundo que surge a partir del fallo está “lleno de incertidumbre, quizás en el mayor nivel que desde principios de los años 90”. La decisión del máximo tribunal implica un cambio porque a partir de ahora, por ejemplo, nada menos que “el FMI, los gobiernos del G-7 y otros en el sector público tendrán que repensar su confianza en la inmunidad soberana para realizar restructuraciones de deuda”.

- Mitu Gulati, profesor de Derecho de la Universidad de Duke le dijo al New York Times que  “la decisión tiene implicancias muy significativas” y que a partir de este fallo “el mundo ha cambiado”.

- Mark Weidemaier, profesor asociado de Derecho en la Universidad de North Carolina, Chapel Hill, afirmó en declaraciones al mismo diario “el fallo por sus términos se extiende a virtualmente todo el sistema financiero global”.

Esto para no comentar una vez más que la posición argentina recibió el respaldo de la Casa Blanca, economistas tan históricamente enfrentados como la ex número 2 del FMI Anne Krueger y el Premio Nobel Joseph Stiglitz, un país europeo como Francia -que resultó clave para el acuerdo por la deuda con el Club de París- o los dos mayores países de América Latina en términos poblacionales y económicos, Brasil y México, entre otros sectores.

Ante esa realidad, ir a un set de televisión en medio de la actual situación -por demás tensa- a reprocharle cosas al Gobierno nacional para tratar de sacar dos votitos más parece no sólo irresponsable sino también bastante zonzo.