Por: Ricardo Saenz
Como todos los argentinos, estoy profundamente conmovido por la muerte de mi colega Alberto Nisman.
No puedo dar mi opinión sobre las circunstancias que la rodean porque es muy prematuro y porque además puedo llegar a tener que intervenir en esa investigación como Fiscal de Camara.
Solo quiero expresar mi pesar personal y profesional y mi preocupación profunda por la suerte que pueda correr la línea de investigación que Nisman iba a exponer hoy en el Congreso.
Resulta imprescindible para la salud de la República que Alberto Nisman sea reemplazado al frente de la Unidad Especial de la AMIA por uno o más fiscales absolutamente independientes, de reconocida probidad, autonomía y experiencia, sin identificación alguna, como ocurrió con las designaciones que se encuentran cuestionadas judicialmente.
La sociedad no resistiría una sospecha más de parcialidad o partidismo en la investigación de hechos de una gravedad extrema como estos.
Este será el mejor homenaje que podemos rendirle a Nisman, que su investigación no muera con él.