Por: Ruben Ullúa
En las últimas dos semanas y media, más precisamente tras el ajustado triunfo del PRO en el ballotage a jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, las acciones argentinas han sufrido un fuerte recorte en su cotización, que en términos de índice promedia el 13 %, ello tanto para el Merval como para el Merval argentino.
Esta presión vendedora que se observó en el mercado, si bien no ha sido acompañada por un importante volumen, tiñe de dudas nuestro último análisis optimista propuesto pocas semanas atrás desde esta misma columna.
Resulta que hasta el ballotage porteño el mercado había hecho vista gorda a los magros resultados provinciales que había obtenido el PRO tanto en Santa Fe como en Córdoba. Sin embargo, como en el corto plazo el mercado de acciones locales se encuentra muy sensible a lo que pueda pasar en las próximas elecciones presidenciales, el ajustado triunfo del PRO en la ciudad de Buenos Aires ha colocado un manto de dudas sobre el inversor local y externo, que al ver erosionarse las expectativas de cambio político redujo posiciones compradas y colocó nuevamente al mercado en valores mínimos de corrección desde los máximos de marzo y mayo respectivamente.
Aun así, en los que va del presente año 2015, el Merval acumula una ganancia cercana al 25 % en términos de pesos y del 14 % en términos de dólares, lo que la convierte en la única bolsa de Latinoamérica que muestra saldo positivo en términos de dólares (tomando como valor dólar el contado con liquidación).
En efecto, si tomamos los rendimientos en dólares de los principales índices latinoamericanos, veremos que, afectados por la depreciación que han sufrido sus monedas respecto al dólar, todos se encuentran en terreno negativo. Brasil acumula una pérdida del 20 % en dólares, lo mismo Colombia, que acumula una pérdida del 29 % y Perú del 23 %. Solo Chile y México, en lo que va del año, arrojan una pérdida en términos de dólares inferior a dos dígitos, del 8 % y del 5 % respectivamente.
En relación con lo comentado, la pregunta que surge de manera espontánea es: ¿Debido a que la bolsa argentina acumula una ganancia del 14 % en dólares en lo que va del año, podemos entonces considerar que se encuentra sobreapreciada? O, dicho de manera más clara, ¿la bolsa argentina está cara?
Recordemos que el avance que había tenido el mercado de acciones locales durante el primer trimestre del año, pasando de niveles mínimos en diciembre de 7275 puntos a los 12.600 puntos en el mes de mayo, con un Merval en dólares (ajustado por CCL) incluso superando la barrera histórica de los 1000 puntos, había estado impulsado principalmente por las expectativas de cambio político en las próximas elecciones presidenciales. Dado el comportamiento que ha tenido el mercado en los últimos meses, recortando parcialmente las ganancias acumuladas, quizás podemos ahora pensar que muchos inversores se anticiparon demasiada a tales expectativas. Aun así, el mercado mantiene signo positivo contra el resto de Latinoamérica que, como mencionamos más arriba, muestra saldos negativos y en algunos casos de importancia.
Dado que hasta el momento los resultados electivos logrados en diferentes provincias del país muestran las expectativas de cambio político que esperaba el mercado, podemos entonces decir que el resultado de las PASO del próximo domingo podría ser un detonante para que el mercado finalmente pueda encontrar respuesta a la pregunta hecha más arriba: ¿La bolsa argentina está cara?
Sin embargo, la suerte del inversor no debería depender de lo que pase con el resultado de una elección y por ello consideramos que es momento de evaluar el riesgo-beneficio. Es decir, quienes se quedan con posiciones compradas en acciones locales a la espera del resultado de las PASO deben suponer que una buena elección por parte del principal opositor del oficialismo podría detonar en una ola compradora de muchos inversores y así llevar el precio de las acciones nuevamente hacia la zona de máximos, al menos. Ahora, ¿qué pasaría si en las elecciones del próximo domingo el oficialismo logra un resultado favorable con respecto a sus principales rivales? En este caso, entonces, muchos de aquellos inversores que compraron a comienzos de año por las expectativas de cambio podrían buscar salirse del mercado y ante esto, ¿podría nuestro mercado de acciones ponerse a tono con los vecinos latinoamericanos?
A grandes rasgos, parece ser que esperar las elecciones del próximo domingo con una posición demasiado comprada puede ser mucho más riesgoso si las expectativas de cambio político se erosionan que beneficioso si estas expectativas de cambio se mantienen en vista a las elecciones definitivas de octubre próximo.
Vale mencionar que, desde una lectura técnica, el mercado mantiene intacta su tendencia alcista de fondo y lo cierto es que los valores que podrían comprometer esta tendencia actualmente se encuentran lejanos, por lo cual de fondo seguimos siendo positivos para la bolsa argentina. Sin embargo, a corto plazo la situación es menos clara y ante un mercado con tan bajo nivel de volumen operativo tener que depender del resultado de lo que pueda pasar en las próximas elecciones puede ser riesgoso.
Insisto, aquí no es cuestión de adivinar lo que vaya a pasar a partir del próximo lunes 10 de agosto en los mercados, sino tener bien medido el riesgo-beneficio para no desaprovechar las oportunidades de fondo que el mercado presenta aún. Recordemos que mientras haya dinero en la cuenta, siempre habrá nuevas oportunidades de inversión. Sin embargo, estas oportunidades literalmente desaparecen sin capital. Por ello, antes que jugar a las adivinanzas, lo más conveniente en estas circunstancias es priorizar la gestión y resguardar el capital.