Por: Ruben Ullúa
Se cierra un nuevo año operativo. Desde la perspectiva del inversor local, podemos decir que ha sido un gran año, con muy buenos rendimientos en acciones, bonos e incluso hasta el plazo fijo ha dejado retornos que permitieron lidiar con la presión inflacionaria del año. Ahora, ¿se podrá sostenerse esta tendencia hacia el próximo año?
Desde nuestra lectura analítica, entendemos que gran parte de los rendimientos positivos arrojados por el mercado financiero local a lo largo del 2015 estuvieron impulsados por las expectativas de cambio político y las de devaluación del tipo de cambio.
Por el lado político, el mercado confió en que un cambio de gobierno generaría una apertura de mercados, la posibilidad de ingresos nuevos y una mayor cantidad de fondos externos. Por el lado devaluatorio, el mercado esperaba que se lograra un sinceramiento del valor del dólar y, junto con ello, una liberación del cepo cambiario.
Lo concreto es que ambas expectativas movilizadoras al alza de los precios de los activos se terminaron materializando y, si bien ello puede considerarse como un dato muy favorable para la economía que viene, desde la perspectiva del inversor las condiciones cambian y bastante.
En efecto, como nos hemos venido preguntando en otros artículos durante los últimos meses, ¿sin cepo cambiario y con apertura de mercados, los activos financieros argentinos están caros o baratos?
Es que resulta que ese capital externo que anteriormente no ingresaba al mercado porque no tenía forma o facilidad de salirse, hoy, aun cuando las condiciones pudieron cambiar, el avance de precios de las acciones y los bonos locales respecto a la región ha sido realmente importante y, por lo tanto, incluso cuando la Argentina pasa a ser una nueva opción en la vidriera del inversor externo, tenemos dudas que a valor relativo sea negocio ingresar en este momento.
Es decir, el mercado de acciones y bonos locales ya no “jugará sólo su partido por la liga local”, sino que ahora deberá medirse contra otras opciones de la región. Debido al fuerte golpe que han recibido muchos sectores y acciones de Brasil, Chile, Colombia, Perú y en menor medida México, la decisión ya no es tan clara. En definitiva, que a partir del próximo año 2016 el mercado argentino pase a ser nuevamente una opción de inversión por parte del inversor extranjero no significa que este vaya a decidir invertir en activos financieros locales con tanta claridad y es allí donde el inversor local debería también poner su foco.
Analizando el índice Merval en términos de dólares, el cual se encuentra en este momento testeando instancias de 900 dólares, podemos observar que se necesita de un avance por encima de la zona de máximos históricos en torno a los 1.000-1.050 dólares para poder despejar los riesgos de nuevas debilidades en los precios y así contemplar una salida alcista mayor tendencial, con objetivos bastante más ambiciosos, que podrían ubicarse en torno a los 1.500 dólares y más tarde en la zona de 1.700-1.800 dólares de índice.
Ahora, para que ese quiebre alcista de la zona de máximos históricos en términos de dólares pueda materializarse, suponiendo que hacia los próximos meses tengamos un dólar estable, fluctuando en la franja de los 13-14 pesos, entonces el Merval en pesos también necesitará de un avance arriba de los 13.500-15.000 puntos, representados por la zona de máximos previos, para poder liberar tendencia y contemplar hacia adelante un acceso hacia objetivos más ambiciosos. Caso contrario, nuestra sugerencia será la de cautela y aun cuando puedan darse recuperaciones parciales hacia las próximas semanas, debemos saber que estas podrían ser sólo de carácter temporal, para que finalmente el mercado habilite un nueva pierna correctiva que no sólo podría llevarnos de regreso hacia los mínimos vistos días atrás en torno a los 11.000-10.900 puntos, sino incluso también buscando niveles inferiores para adelante, en torno a los 10.000-9.000 puntos de índice.
Vale recordar que la bolsa argentina nos viene entregando ya cuatro años consecutivos de ganancias en términos de pesos y tres años consecutivos de ganancias en términos de dólares. El humor social y del inversor argentino pasó de la incertidumbre y la desconfianza vivida durante los años 2011-2012 con el inicio del cepo cambiario, a la confianza y la esperanza que se vive por estos meses ante el cambio de Gobierno y la apertura de dicho cepo. Sin embargo, no debemos olvidar que el mercado es anticipación y ante ello es muy probable que lo que hoy se plantean como posibles drivers para movilizar mayores avances de los activos locales en dólares y en pesos, muchos de ellos ya se encuentren descontados por el mercado con las ganancias acumuladas en estos años.
Por lo comentado, nuestra sugerencia para el año entrante es que no intente anticiparse a lo que pueda pasar con los mercados, comprando o vendiendo activos financieros a partir de los detonantes políticos y económicos que se vayan sucediendo. Es posible que mucho de lo que suceda en los próximos meses en la economía argentina ya se encuentre descontado por las acciones y los bonos. En este sentido, creemos que lo más conveniente durante el próximo año 2016 es pensar y actuar de manera crítica a lo que pueda ocurrir con el mercado local, teniendo muy presente que las posibles ganancias que podamos obtener dependerán de lo que el mercado pueda extender el bull market de los últimos años. Sin embargo, las pérdidas que puedan surgir dependerán únicamente de nuestro poder de gestión y es allí donde deberemos poner nuestro foco principalmente.
¡Que tengan todos un excelente 2016!