Por: Sergio Abrevaya
Así como Juan de Garay y su expedicionarios trazaron el primer ejido de aquella aldea llamada Santa María del Buen Ayre, y así como la planificación de fines del siglo XIX configuró el casi parisino espacio público de la Perla del Plata, más de mil asistentes a la actual edición de la Feria del Libro ya han aceptado el desafío de sentirse verdaderos urbanistas por unos minutos.
El devenir social, económico, urbanístico y productivo de la Ciudad de Buenos Aires no debería ser obra del azar ni de los antojos del mercado inmobiliario. Tampoco debiera depender del arbitrio y la discrecionalidad de unos pocos. Por tal motivo, la atracción del stand del Consejo Económico y Social en la Feria es un juego que propone al participante “diseñar nuestra ciudad”, una suerte de encuesta interactiva cuyos primeros resultados ofrecen un conocimiento valioso.
Precisamente, la originalidad lúdica de la obtención de los datos, permite conocer y evaluar las percepciones y hasta la escala de valores que poseen los porteños y quienes día a día ingresan a la Ciudad Autónoma en materia de asuntos “locales”, de vecindad y de organización de la convivencia en el epicentro de una gran metrópoli.
Por ejemplo, las respuestas para resolver a largo plazo los problemas de movilidad de la ciudadanía, relativos al tránsito y al transporte, nos dicen que, puestos ante la obligación de elegir, el 75 % de los participantes del juego prefiere que su casa se encuentre cerca de sus actividades habituales o cotidianas, mientras que apenas el 10 % elegiría vivir en un barrio residencial y al 15 % le da lo mismo.
Es notable el contraste de estos deseos ampliamente mayoritarios de los “encuestados” respecto de la dinámica de segregación territorial actual del área metropolitana, que ha ido consagrando barrios para pobres y un escalonamiento variado de barrios sólo residenciales para pudientes, estableciendo los distritos o enclaves laborales en zonas mixtas, lo que requiere una movilización diaria multitudinaria de recursos humanos que desborda cualquier estrategia para desarrollar un transporte público eficiente.
Precisamente en materia de transportes, el 85 % de los “jugadores” ha cliqueado y arrastrado con el mouse los dos íconos que representan al subterráneo (extensión de la red) y a los colectivos, mientras que sólo el 8% cliqueó alternativas favorables al transporte vehicular particular como nuevas autopistas y/o más carriles, y playas de estacionamiento.
El ícono “Centros comerciales en los barrios” fue preferido por el 73 % de los participantes frente al 27 % que se volcó por el de “Shoppings”, afirmando la preferencia por las múltiples centralidades locales de la gran ciudad. Por otra parte, se observa la preferencia por un joven hábito de la últimas décadas, el de hacer compras en el supermercado -hoy relativamente cercano para todos- que fue cliqueado por el 61 % de los participantes frente a la alternativa de los minimercados cliqueada por el 38%.
En materia de actividades productivas, a la hora de elegir tres opciones para la ciudad, el 40 % ha elegido “Construcción”, el mismo guarismo obtenido por “Industrias Culturales”, seguidos por el 33 % que cliqueó “Informática” y el 32% que optó por “Laboratorios”.
Así, luego que cada “jugador” preseleccionó 11 íconos entre un conjunto de opciones temáticas diferenciadas, se le propuso una selección libre y final de cinco de ellos, para establecer sus prioridades -perceptivas o asumidas reflexivamente- y figurar cómo desearía que sea nuestra ciudad, una exigencia para todos los ciudadanos demasiado acostumbrados como estamos a delegar más de la cuenta en nuestros representantes.
Y en la selección del quinteto final, la estrella del juego está resultando ser el ícono “Espacios Verdes”, que había sido
preseleccionado en materia ambiental con el 90% de los cliqueos y que alcanza el 59 % entre el quinteto de perfiles más deseados por cada participante, seguido por el 48 % obtenido por el perfil de “ciudad de universidades y terciarios”, el 46 % que cliqueó el ícono “atención primaria en salud”, el 33% de “Subte” y el 31% de “Viviendas”. En un rango del 24 al 17% continúan “Centros de Reciclaje”, “Colectivos”, “Asistencia social”, “Urbanización de villas” y “Centros comerciales
en barrios”.
Como en alguna medida somos lo que queremos ser, y contrariamente, también en otra medida aspiramos a ser lo que no somos, jugar a ser urbanistas por un rato nos permite conocer nuestros deseos en tanto colectividad, y nos convoca, por un lado, a retomar la falta de planificación estatal en la ciudad y en la región metropolitana, y por el otro lado, a reflejar esas aspiraciones, un verdadero capital cultural que poseemos como comunidad. Hasta el último día de la Feria del Libro el juego interactivo seguirá desafiándonos a participar.