Hoy, todos los que estamos en educación adherimos a la premisa de educación para todos en las mismas condiciones de calidad y equidad. Este principio ha pasado de la letra a la acción en los últimos años en pos de lograr las mejores condiciones de educación para todos los niños y jóvenes, pero aún no se ha logrado una inclusión plena, no sólo en términos cuantitativos, sino sobre todo cualitativos. Es en ese camino que estamos trabajando en la Legislatura Porteña una ley de Inclusión Educativa Integral que tiene como norte promover la educación inclusiva y de calidad a las personas con discapacidades temporales o permanentes, de acuerdo a los preceptos de la Declaraciòn de las personas con Discapacidad (ONU 2007).
¿Debería desaparecer la Educación Especial para hablar solamente de Educación Común? Se puede pensar en que toda educación es común, y si nos paramos desde allí se puede pensar que para una inclusión de calidad, que tenga en cuenta y potencie las singularidades de cada persona, la educación “común” debe tener recorridos y caminos flexibles en pos de una trayectoria educativa integral que permita transitar singularmente la educación obligatoria, en un trabajo integrado y transversal entre las áreas de Educación común y la modalidad de educación especial.
El Estado, como garante de la educación, debe responder a las necesidades de las diferentes configuraciones en un trabajo articulado entre padres, instituciones educativas y equipos de profesionales. Debe trabajar para encontrar y consensuar en cada etapa el trayecto más favorable para cada chico de acuerdo al desarrollo de sus potencialidades. El valor de este proyecto es generar un marco normativo específico en materia de inclusión educativa.
Buscamos romper paradigmas demasiado parados en la “aceptación” de la diversidad para posicionarnos en el paradigma de la “riqueza” que aporta en nuestra sociedad y propender a su efectiva realización. El camino de la inclusión es, por lo tanto, el más acertado para la concreción de una sociedad justa y equitativa, que asegure el derecho de igualdad de oportunidades en el acceso, permanencia y egreso del sistema escolar. Reconocer y hacer efectivo el derecho a la educación en trayectorias completas y de calidad para las personas con discapacidad es un desafío que todavía tenemos por delante a pesar de que en la letra de Declaraciones y otras normativas lo pone como objetivo. Creemos que esta ley es un paso fundamental en la Ciudad de Buenos Aires en materia de inclusión e integración.