Por: Walter Habiague
Concurrencia de intereses y relación de fuerzas. La Brújula y el Compás en las relaciones internacionales de un país. Herramientas que sirven a un fin: el interés nacional.
Para ser “pillo” en política no alcanza con ser hábil. El político proverbial siente el destino de la Nación y lo conduce estratégicamente. Muchas veces el horizonte delineado por esa estrategia se alejará por necesidades tácticas marcadas por esas dos variables (intereses y fuerza relativa), pero la estrategia permanecerá, como el interés del pueblo al que se conduce.
El arte del dirigente será electrizar el alma del hombre para mantener el esfuerzo de su pueblo hacia el horizonte estratégico.
Esa idea, que sustancia ética y provecho, se recuesta en la flexibilidad de métodos que solo se consigue por la firmeza de una decisión. La defensa del interés nacional es refractaria al fundamentalismo porque en la barricada fundamentalista con su épica de la emergencia permanente, todo funciona en la dinámica absoluta de vida/muerte y ahí no hay lugar ni tiempo para la reflexión, para el acuerdo, para la persuasión y menos para la conducción.
Una década hemos visto reinar a “la táctica del grito” a nivel de estrategia. El slogan ha ocupado el lugar de la táctica porque la dirigencia no tiene sustancia, la militancia no tiene heroísmo y la política no tiene encarnado el interés nacional. Mientras, al pueblo lo tienen a los tumbos con problemas de subsistencia que le impiden elevar el alma a su destino.
Aunque se sepa dónde está el mal no sirve de nada gritarlo desde el atril. El grito solo sirve si es el del tero. Pero si el tero no sabe donde empolla sus crías…
Los fondos buitres se alimentan de bonos basura. Comen deuda soberana de países vaciados.
¿Pero quién los alimenta?
Los llamados “Paraísos Fiscales”, el sistema financiero internacional offshore, funciona como una red mundial de recolección de fondos que en su mayoría provienen del delito. Delitos como, para el caso, la evasión fiscal y la corrupción. El offshore canaliza el dinero de los estados nacionales por dos vías:
1 – Absorbe el dinero negro de la corrupción política.
2 – Capta empresas por un sistema de fantasmas y espejos tributarios que fomentan la evasión impositiva de los estados nacionales.
Los países vaciados de esa forma emiten deuda soberana que es el alimento de los buitres. Carroña del vaciamiento. que se esconde y se camufla en el laberinto offshore. Ahí van a buscarla los “buitres” y ahí es también donde deberíamos ir nosotros. Ahí debería estar dirigida la táctica para alcanzar el objetivo estratégico de la Nación.
Buitres y Paraísos Fiscales son, es cierto, dos intereses de un mismo sistema financiero internacional. Hay ejemplos: también los ferrocarriles británicos en nuestro país en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial fueron dos intereses de un mismo poder, cuando esos activos ingleses estaban por caer en propiedad de EE.UU. como pago por la ayuda de guerra de ese país al Reino Unido. Perón vio en ese momento la concurrencia de intereses británicos y argentinos y el resultado fue la nacionalización de los ferrocarriles. Por eso a los “buitres” había que “peronearlos”, aprovechando cuando ambos intereses concurrían a normalizar financieramente a La Argentina con el mundo.
Quizá el interés nacional como lo único permanente, haga que nunca sea tarde.