Por: Yamil Santoro
Se viene un nuevo cacerolazo. El jueves 13 de noviembre se realizará una nueva movilización en todo el país. Tras un período de inactividad, varios de los organizadores y difusores de las multitudinarias marchas han decidido volver al ruedo anunciando una nueva fecha. En la nota “Basta de cacerolazos” hace poco más de un año planteaba que era momento para cambiar la forma de participación y creo que dicha idea sigue siendo cierta. Pero no resulta incompatible “madurar” la participación ciudadana con una movilización popular.
¿Por qué marchar?
Inseguridad: Porque la inseguridad sigue creciendo y el Gobierno Nacional se niega a hacerse cargo del problema sosteniendo que se trata de una sensación o de un tema que tiene mucho marketing. Y en lugar de dar soluciones efectivas desde el Poder Ejecutivo procura aprovechar el contexto para promover un Código Procesal Penal sin debate previo.
Inflación: Porque la inflación sigue comiéndose los sueldos y los ahorros de los argentinos y el Gobierno es el causante por financiar el déficit fiscal con emisión monetaria.
Recesión: la elevada presión fiscal, la falta de acceso al crédito, las dificultades para importar y exportar, la inseguridad jurídica, junto a otras situaciones están contribuyendo a que se frene la actividad económica mientras nuestros vecinos crecen sostenidamente. El desgobierno está limitando la capacidad de creación de riqueza de los argentinos y nos siguen dando excusas para justificar las oportunidades perdidas en esta década.
Política Internacional: Porque se siguen perdiendo a diario millones de oportunidades para los argentinos por estar de espaldas al mundo, llevando adelante una política internacional inspirada en resentimientos antes que en la búsqueda del bien común para todos los argentinos. Todo el circo de los fondos buitre finalmente lo terminaremos pagando todos los argentinos por un importe superior por el desmanejo de la negociación.
Desempleo: vienen aumentando la cantidad de despidos y cada vez resulta más difícil acceder a un nuevo trabajo. En lugar de aprovechar la conformación del Congreso que le permite realizar reformas de fondo, como bajar los impuestos al trabajo, el Gobierno contribuye a empeorar las condiciones que dificultan la posibilidad de que las personas se ganen su pan con el fruto de su esfuerzo.
Atropello a la Justicia: Este gobierno sanciona a quienes no se amoldan a sus expectativas.Si bien finalmente no prosperó la causa contra Campagnoli por parte del Gobierno Nacional o de Gils Carbó (Sugiero leer esta nota de Luis Novaresio) y también vemos la persecución a los jueces que fallaron en favor de los jubilados reconociéndoles su derecho a una jubilación digna.
Corrupción: Tanto la Fiscalía de Investigaciones Administrativas como la Oficina Anticorrupción, ambos organismos que se deberían ocupar de luchar contra la corrupción, han sido desmantelados por el kirchnerismo robándonos a los ciudadanos de instrumentos para protegernos del abuso de quienes nos gobiernan.
Intolerancia: el desprecio a todo aquel que piensa distinto sigue vigente y lejos de cumplir el mandato constitucional de aspirar a la “Unidad Nacional” se ha promovido la polarización entre los argentinos como una forma de construir poder y capital político. Se enriquecen en la lejanía entre los argentinos.
Ataques contra la libertad de expresión: la ley de medios lejos de garantizar la pluralidad de voces sirvió para que el Gobierno Nacional atacase a medios opositores mientras hacía crecer la cantidad de medios afines. Sin ir más lejos se ha intentado aplicar la inconstitucional ley antiterrorista contra periodistas cuyo crimen era informar.
Abusos: continúan los abusos fruto de la soberbia que derivan en una gestión ineficiente e irresponsable de los recursos públicos. Los atropellos vinculados a Aerolineas Argentina y sus competidores siguen persistiendo.
Estos son sólo algunos de los puntos para protestar. Podrán estar de acuerdo o no con ellos o tener otra lista, pero lo cierto es que resulta importante aprovechar este momento para hacer valer nuestra voz y decir lo que queremos que cambie para que los futuros candidatos tomen nota.