Por: Darío Epstein
La disputa política en EEUU entre los partidos dominantes (demócratas y republicanos) tomó nuevamente el centro de la escena. El 1º de octubre comenzó un nuevo año fiscal en EEUU, y ante la falta de acuerdo en el Congreso de ese país en relación al presupuesto, el gobierno se ha visto obligado a “cerrar” algunas de las reparticiones federales, parques nacionales, monumentos históricos, etcétera, así como también suspender sin goce de sueldo a 800.000 empleados públicos. Cabe remarcar que el bloqueo o “shutdown” del gobierno es parcial, ya que los servicios esenciales se mantienen. La noticia sorprendió a muchos, ya que se apostaba a un acuerdo de último minuto, pero eso no ocurrió y el lunes 30 de septiembre a la noche, la sorpresa estuvo a la orden del día.
Esta vez le tocó sufrir a Obama la segunda crisis de gestión fiscal desde que comenzó su mandato. Y en esta oportunidad la población ha sido tomada de rehén por los políticos.
Las consecuencias podrían ser muy nefastas para la economía si se extiende en el tiempo. ¿Cuánto se pierde por día no trabajado? Según proyecciones de IHS, el cierre de las agencias federales y la suspensión de empleados le costaría a la economía 300 millones de dólares diarios, que si bien dentro del gran tamaño de la economía esa suma parecería menor, con el paso del tiempo podría incrementarse ya que tiene impacto directo en la confianza de los consumidores y empresarios. IHS estima una reducción entre 0,9% y 1,4% del crecimiento del último trimestre si el conflicto se extiende durante 21 días como en 1995/96. Moody’s estimó que una duración entre tres y cuatro semanas de la suspensión parcial de las actividades costaría al país 1,4 puntos porcentuales del crecimiento del PIB para el 4º trimestre de 2013.
Pero ¿cuáles son las verdaderas causas de esta disputa? El shutdown es el desenlace de dos años de vaivenes políticos en relación al Budget Control Act of 2011, un acta del Gobierno de los EEUU que le puso un techo al gasto federal, usualmente conocido como “sequestration”.
Desde la implementación del acta en marzo del corriente año, el déficit fiscal ha tenido una marcada caída, tal como se puede ver en el siguiente gráfico. Luego de un déficit fiscal de 7% sobre el PBI en 2012, se estima que este año el rojo rondaría el 4,0% del PBI y el año que viene del 3,9%.
Sin embargo, tal como se ha destacado en el presupuesto de largo plazo el último mes, la política fiscal federal aún se encuentra en un sendero político no sostenible. El problema ha sido la manera en la que las reducciones de gastos federales se han aplicado. Los recortes han sido todos ellos reducciones en los presupuestos de gastos operativos federales para los próximos años, pero contribuyen poco en solucionar el problema de largo plazo que es el constante incremento de gastos debido a la aplicación de los nuevos programas de seguridad social y programas de salud. La Affordable Care Act consiste en un incremento en la cobertura de salud, pero a costa de incrementar los gastos federales en ese rubro.
Este programa ha sido un punto crucial en la pelea en las cámaras de diputados y senadores. Los republicanos quieren postergar la Affordable Care Act (u Obamacare), y utilizar esos fondos para financiar el gobierno. Dicha ley está en proceso de implementación y ya comenzaron a recibirse las inscripciones, lo que limitaría un avance hacia las intenciones de los republicanos.
Los republicanos tienen mayoría en la Cámara de Representantes. El control dividido de ambas cámaras del Congreso llevó a que varios proyectos pasen de los Representantes al Senado -y viceversa- para darle una solución al tema en los últimos meses, pero ninguno de ellos ha prosperado.
Está claro que los republicanos quieren frenar el endeudamiento masivo y bajar el gasto. Lo que defienden los demócratas es mantener el “Obamacare”, una promesa de campaña que para ellos es imposible de revertir.
¿Qué rol juega la FED? Esta es una “excusa” más para no sacar el incentivo de la economía, menos a tres meses de la partida de Bernanke al frente de la Reserva Federal. Es por eso en parte que los mercados no entraron en pánico. Los mercados acusaron el impacto, aunque en forma muy moderada. Las mayores alteraciones fueron una nueva depreciación del dólar contra todas las monedas y un punto de soporte para el oro luego de fuertes caídas en el año. Ni las bolsas cayeron mucho, ni los bonos libres de riesgo se apreciaron e forma sustancial. No descartemos complicaciones en los mercados en estos días con bajas de bolsas adicionales a medida que se vayan dilatando los tiempos.
La FED se esta moviendo en base a los datos y algunos de sus miembros habrían expresado que el motivo para no iniciar el tapering fue justamente la cuestión fiscal abierta en octubre.
Reiteramos que es probable que en el transcurso de esta semana y la próxima se alcance una resolución consensuada entre demócratas y republicanos que permita volver a la normalidad. Pero más allá que se encuentre una solución a corto plazo, la gran pelea de fondo continuará, porque tendrá que discutirse un nuevo límite o techo a la deuda, que alcanzaría los 16,7 billones de dólares el 17 de octubre según cálculos del mismo Tesoro norteamericano. Esa verdadera “bola de nieve” está superando por primera vez los niveles de deuda desde la Segunda Guerra Mundial.
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