Por: José Luis Orihuela
Mal que les pese a los agoreros, los blogs no han muerto, sólo se estaban tomando un descanso.
La supuesta muerte de los blogs comenzó a hacerse viral tras un artículo publicado en la revista Wired en octubre de 2008: “Twitter, Flickr, Facebook Make Blogs Look So 2004“, que apunta al auge de las redes sociales como causa de la desafección por la blogosfera.
Tras unos años de fervor social, un reciente estudio de Pew Research Center titulado Coming and Going on Facebook constata que el 61% de los usuarios estadounidenses de la plataforma reconoce haber suspendido temporalmente su utilización.
El cansancio social, las intromisiones publicitarias y la inestabilidad de las plataformas 2.0 están conduciendo a una segunda época dorada de los blogs, al decir de uno de los pioneros de la blogosfera hispana: “Los blogs son lo único interesante que hay en la Red“.
Lo cierto es que un blog, especialmente si está alojado en un servidor que podamos controlar, sigue siendo la casa en la red por excelencia de un ciudadano digital.
Toda vez que uno se aclara acerca de qué son los blogs y cómo dejar de confundirlos con otra cosa, el medio reaparece con toda su simplicidad y potencia: un espacio autogestionado para construir nuestra identidad digital en línea. Y eso, amigos, es mucho más de lo que cualquier red social podrá ofrecernos nunca.