Mayor debilidad para las cuentas del BCRA

Juan Gasalla

Conocidos los detalles del proyecto de Presupuesto 2014, distintos analistas económicos advirtieron sobre la pérdida de patrimonio del Banco Central, debido a la función que le asignó el Gobierno a la entidad como principal sostén de las deficitarias cuentas del Tesoro nacional. La tensión a la que está sometido el activo del BCRA se debe, por un lado, a la caída de reservas en divisas por el pago de deuda pública en dólares; por el otro, a la inyección de pesos al Tesoro por transferencias y giro de utilidades.

Un estudio de la consultora Empiria, que dirige ex gerente general del Banco Central Hernán Lacunza, refirió que el proyecto de Presupuesto 2014 prevé que el Tesoro dispondrá de casi u$s9.900 millones para el pago de deuda y al menos $76.000 millones “entre adelantos y transferencias de utilidades devengadas para financiarse a través del Central”. Añade que “el Gobierno no toma nota del estrés patrimonial de la entidad monetaria, tras casi cuatro años de proveerle fondos por el equivalente a 4,5% del PBI, frente al 1,5% del PBI facilitado entre 2004 y 2009”.

Los economistas de Empiria observaron que el último balance semanal del BCRA, actualizado al 31 de agosto, revela una caída de $30 mil millones en el patrimonio por la transferencia de ganancias contables “ficticias, no reales” al Tesoro, junto con un aumento de u$s9.500 millones en letras intransferibles que el Tesoro coloca a la entidad a cambio de divisas para pagar deuda pública.

El requisito por el cual las reservas del BCRA respaldan la emisión de pesos registrados en la base monetaria dejó de existir en marzo de 2012, cuando al Gobierno reformó la Carta Orgánica de la entidad monetaria y autorizó al directorio de la entidad a definir las “reservas de libre disponibilidad”. En el mismo sentido, carta rectora amplió la disponibilidad de divisas para el pago de deuda.

Un informe elaborado por Juan Pablo Ronderos, gerente de Desarrollo de Negocios de Abeceb.com, subraya que “el stock de títulos públicos en el activo del BCRA supera en valor a las reservas internacionales”. Estos documentos de pago están constituidos prácticamente en su totalidad por letras intransferibles del Tesoro, que no son negociables en el mercado secundario y deterioran, por su iliquidez, la calidad del patrimonio de la entidad. El estudio de Abeceb.com determinó que en la hoja de balance del Central las reservas representan unos $208.012 millones (unos u$s36.800 millones al 31 de agosto último) contra “un stock de títulos públicos por unos $270.551 millones, con un salto de nada menos que $53.977 millones en la última semana de agosto”.

La sangría de reservas no logra ser equilibrada por el Banco Central, que apenas pudo activar la adquisición de dólares en la plaza mayorista. Las compras netas de divisas en lo que va del 2013 insumieron unos $4.039 millones, “un 88% menos que igual periodo del año anterior”, apunta un informe del economista Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). En tanto, “en los primeros ocho meses del 2013, la base monetaria creció en 13.841 millones de pesos”. Esto significa que sólo una cuarta parte de los pesos que se emiten tiene como contraparte un ingreso de dólares a las arcas del Central. La compra de dólares en el mercado mayorista representa una emisión genuina de pesos, respaldada por dólares que suman al activo de la entidad, mientras que los giros al Tesoro no replican en un incremento de las reservas líquidas. Es básicamente emisión sin respaldo.

El IARAF destaca que entre enero y agosto de 2013 se creó un 63% menos de dinero que en igual período de 2012. Sin embargo, este grado de prudencia difícilmente pueda mantenerse en el tramo final del año electoral, debido a que “al analizar la evolución histórica, el 90% del financiamiento para el fisco se realiza en la segunda mitad del año, mientras que, en la primera parte, el sector público suele tener un comportamiento más moderado”.

Argañaraz detecta un cambio del “ancla anti-inflacionaria”, establecida por el Banco Central, que en principio fue la apreciación del peso en términos reales, con una tasa de devaluación inferior a la de la inflación -que beneficia a las importaciones que, a su vez, contienen a los precios internos-, para centrarse ahora en una moderación de la emisión de pesos, que en febrero marcó un pico interanual de 41%, contra el 27% del cierre de agosto. Esta “nueva ancla nominal” que estaría utilizando el Gobierno para contener la inflación responde a una “aceleración del ritmo devaluatorio con ralentización en el ritmo de aumento de la base monetaria”, según el IARAF.

Otro punto que no debe perderse de vista es el del precio del dólar oficial, que según el proyecto de Presupuesto promediará los $6,33 en 2014. Contradice este pronóstico la aceleración de la pauta de devaluación que impulsa el Banco Central, que tocó 2,99% en agosto, un 35,9% anualizado. A este ritmo, la divisa norteamericana llegaría a los $6,20 a fin de año y alcanzaría la meta presupuestada en el primer bimestre de 2014, pues es improbable que el BCRA desacelere bruscamente la dinámica del tipo de cambio oficial mientras transita por el doble filo de la caída de reservas y el incremento de la base monetaria.

Este movimiento de la tasa de cambio también empujará al dólar “blue”. Las consultoras privadas lo sitúan entre $11 y $11,50 para fin de 2013, si se proyecta una base monetaria entre $355.000 millones y $400.000 millones, contra reservas entre u$s33 mil y u$s35 mil millones, en un cálculo de “convertibilidad teórica”. Este lunes, los activos líquidos de la entidad concluyeron en u$s35.144 millones, su monto más bajo desde marzo de 2007.