Por: Luis Gasulla
Tras la tradicional marcha de los jueves a las 15:30 alrededor de la Pirámide de Mayo, Hebe de Bonafini realizó un encendido discurso en el que asoció la fuga de un represor de la cárcel, los hechos sucedidos en la Catedral porteña y los dichos del asesor de Mauricio Macri, Durán Barba, sobre el nazismo. “Vieron cómo está la derecha, vieron la Catedral, impidieron el acto que había que hacer, que era importante, pero claro, los fachos están en todas partes. Entonces, no es que están sólo ahí, ellos también son Durán Barba. Durán Barba está con Macri, Macri está con los que vinieron a joder el acto, más Barrionuevo, más Massa, más Duhalde, más De La Sota, son una banda de reverendos…”, dijo la Madre de Plaza de Mayo. Cuando Jorge Bergoglio fue elegido Papa, entre los jóvenes que ocupan las terceras líneas del gobierno nacional la noticia provocó una conmoción interna pero no por el hecho en sí sino por el cambio de postura de Cristina sobre Francisco.
En aquel entonces, José Pablo Feinmann dijo que “había que adueñarse del Papa” y por ello había que peronizarlo. Las críticas contra la Iglesia se apagaron. Internamente, entre militantes de La Cámpora y otras agrupaciones se preguntaron cómo justificaría el pensamiento seissieteochista que nuestro país pudiese engendrar un Papa de derecha, que viaja en subte todos los días, es honesto y ayuda a los pobres mientras que la presidenta sea de “izquierda”, pero en su vida se subió a un transporte público y no puede justificar su patrimonio. Raro, ¿no? ¿Cómo seguir poniendo del lado de los malos a un tipo que, de repente, todos querían y se había convertido en intocable? Había que reconvertirlo en santo, a pesar de que antes se lo consideraba un demonio. En ese sentido, la mujer que tomó la Catedral en 2008 cuando Bergoglio era cardenal y apoyó las pintadas contra las autoridades eclesiásticas, salió a defender la misa interreligiosa ideada por Francisco. Está claro: para los ideólogos del gobierno, Francisco nació de un taper y su pasado no guarda relación con el del terrenal Jorge Bergoglio.
Pero Hebe fue más allá. Durante el alfonsinismo se opuso a la creación de la CONADEP, no quiso que ningún representante de las Madres de Plaza de Mayo formase parte de los grupos que trabajaban en la investigación sobre el paradero de los desaparecidos pues pedía la aparición con vida de los hijos, algo que, 37 años después, se ha vuelto un capricho que roza el ridículo. Hoy, festeja junto al ministro de Defensa, Agustín Rossi, la aparición de documentación que incluye listados sobre las listas negras diseñadas durante la dictadura a políticos, músicos, artistas y referentes sociales. ¡Ahora descubrimos que a la Negra Sosa la perseguían los militares! Chocolate por la noticia. Clarín comprobó que esa información, publicada por ese matutino, ya se conocía desde mediados de los noventa. Para Hebe, en cambio, el descubrimiento tiene valor según quién lo haga. Ayer, en la Plaza, acusó al partido radical de antidemocrático: “los radicales que se juntan para discutir. Yo quisiera saber qué van a discutir, porque la verdad es que lo que han hecho hasta ahora son todas cagadas, así que no sé lo que van a discutir. Cuando gobernaron fueron un desastre, estaría bueno que hagan alianzas, que se vinieran para el lado de la democracia, porque todos los otros son antidemocráticos, porque están peleando en contra de lo que todos nosotros queremos hacer por la democracia. Si es la Ley de Medios, están en contra; si es la Ley de aborto, están en contra, de todo están en contra. Ellos no están con la democracia, ellos son antidemocráticos, siempre estuvieron al lado de los milicos”.
Como frutilla del postre, la Madre anunció que el próximo 28 de noviembre organizarán un recital en el que le entregarán el pañuelo blanco a Aníbal Fernández porque “es un genio, es un político de fuste, es honesto, tiene un presente y un pasado bárbaro”. Por último, le dio señales a Cristina de que Aníbal debería tener un lugar más importante en su gobierno: “Es un soldado de este kirchnerismo, que da gusto estar con él, hablar con él. Merecería estar en otro lugar pero bueno, él como un soldado está en donde lo ponen y eso es lo que tenemos que hacer los soldados, estar en donde nos pongan”.
Fernández jugó un rol fundamental para que Bonafini zafase de la investigación judicial en la que estaba involucrada seriamente. El 1º de noviembre, el juez en lo Penal Económico Gustavo Meirovich la sobreseyó “totalmente” en la causa en la que estaba acusada de haber dado la orden de no pagar una serie de cheques emitidos para la compra de un camión y equipos de calefacción. El juez calificó a la decisión de la Madre de “error” técnico y justificó el freno del pago de los cheques, legalmente emitidos, basándose en un peritaje grafológico que arrojó dudas sobre quién había rubricado las ordenes de pago. Lo increíble es que las personas que la Justicia dice que sus firmas fueron adulteradas admiten, periodísticamente, haber firmado los cheques. Claro está que no criticarán “el descubrimiento” de los peritos pues la decisión le conviene a todos excepto a los estafados, que aún se preguntan quién se hará responsable de la deuda. Para Meirovich, los empresarios “sufrieron un perjuicio que ahora deberá investigar otro juez” pues él se declaró incompetente en razón de la naturaleza del delito.